En este mundo existen cosas para todos los gustos. Caso específico, existen carros de todos los colores, tipos, marcas, formas, acabados, etc. Hay unos que destacan por su belleza, otros por su rareza y otros por ser feos.
Este es el caso del auto posiblemente, más feo de toda la historia. Quizá no conozcas y nunca te enteraste de su existencia, pero esto tuvo lugar hace algunas décadas y todo fue buscando la seguridad. Esta es la historia.
El carro más feo del mundo
Esta es la historia de Alfred Juliano, un sacerdote de Nueva York, que amaba los autos. Fue antes de consagrarse, que el joven seminarista, se inscribió a un concurso de diseño patrocinado por General Motors.
A esto le siguió la oportunidad de estudiar diseño automotor junto a Harley Earl, quien era jefe de diseño de Chevrolet Corvette. Esto no fue suficiente y Alfred siguió su camino en la religión, en donde logró ordenarse años después.
Ya fungiendo como cura, Alfred entró al mundo automovilístico, desarrollando un vehículo experimental. Su nombre fue ‘Aurora’ de la empresa Aurora Motor Company, que él mismo creó, tras una inversión de 30 mil dólares.
Fueron cuatro años los que se necesitaron para hacer realidad el proyecto, dos para diseñarlo y otros dos para su construcción. Bien encaminado a su vocación religiosa, este vehículo trataba de evangelizar a las demás marcas de autos en seguridad y prevención de accidentes.
¿Cómo era ‘Aurora’?
Fue presentado ante el mundo en el año de 1957. Su diseño futurista lo hicieron ser nombrado el coche más feo del mundo.
Este vehículo media seis metros de largo terminados en curvas, un color plateado, un cristal en forma de burbuja lo hacían estéticamente feo. Sin embargo, ‘Aurora’ incorporaba elementos de seguridad que resultaban muy eficientes.
- Contaba con cinturones de seguridad en las cuatro plazas
- Barras laterales antivuelco
- Columna telescópica de dirección
- Instrumentación acolchonada y sin ángulos
- Paragolpes delantero estaba pensado para absorber los golpes. Butacas delanteras que giraban 180 grados sobre su eje para recibir un hipotético golpe, de espaldas.
A pesar de esto, el sueño de Alfred llegó a su fin debido a la nula rentabilidad que este proyecto dejaba ver. Aurora, no recibió ningún encargo y la empresa quebró.
Un nuevo Aurora
Con el exótico carro abandonado, fue en 1993 cuando un coleccionista que sabía de su existencia, lo encontró y lo restauró. Fue en 2004 cuando el Aurora volvió a circular en el Festival de la Velocidad de Goodwood y desde entonces, se exhibe en el Museo del Automóvil de Beaulieu, en Reino Unido.
DAG