La Barranca de Los Jilgueros, ubicada en el Pueblo Mágico de Zacatlán, alberga una serie de elementos naturales que actualmente pueden ser apreciados a través de diferentes actividades ecoturísticas, como senderismo, camping y la tirolesa más grande de Puebla y de México; además, mediante la suma de esfuerzos, se realiza una labor importante en la reforestación de la zona.
En el municipio de la Sierra Norte, la biodiversidad de La Barranca de Los Jilgueros es solo una pequeña parte de todo lo que esta localidad tiene para los turistas. A solo dos horas y media de la capital poblana, en el centro de Zacatlán se encuentra Zipline, agencia de ecoturismo que trabaja en el entretenimiento de los visitantes y el cuidado del ecosistema.
Dentro de las actividades de Zipline para los turistas se encuentra el camping en un área custodiada por su personal de seguridad las 24 horas. En este albergue familias y grupos podrán dormir bajo las estrellas y el ambiente natural de la zona. Además, los amantes de la naturaleza de contacto realizarán senderismo interactivo y conocerán más sobre la historia, flora y fauna de Zacatlán, mientras recorren alrededor de 7 kilómetros de la Barranca de Los Jilgueros.
No obstante, los visitantes podrán vivir la aventura de aventarse en la tirolesa monumental. La estructura de Zipline tiene 500 metros de altura y mil 400 metros de longitud, por lo que es una de las más grande México. Los turistas pueden recorrer los primeros 400 metros a una velocidad de 100 kilómetros por hora.
Al llegar al Zócalo de Puebla se puede contratar uno de los recorridos desde 399 pesos. Una vez que se adquiere el pase en la colonia Santa Julia en la calle Libertad 4, el turista solo debe caminar una calle para esperar la camioneta equipada, la cual lo llevará hasta "El Pueblito" en solo 15 minutos.
En este predio, los visitantes podrán encomendarse en la capilla de El Cristo del Cable, ya que después los turistas serán protegidos con equipo de nivel internacional que servirá para recorrer los casi kilómetro y medio de camino para llegar a la Barranca de Los Jilgueros.
Cabe mencionar que los menores deben pesar más de 50 kilos para hacer el recorrido, de lo contrario viajarán con un adulto que les hará llegar hasta el otro lado de la tirolesa. Una vez firmada la carta responsiva que suma más seriedad a la atracción extrema, el equipo es montado y se avanza hacia una plataforma de acero, desde donde se puede contemplar el paisaje antes del gran momento.
El centro de Zacatlán, cascadas y el bosque serán solo un poco de lo que se podrá observar antes de cruzar la barranca. Una vez en este punto, se aprecian pájaros carpinteros y águilas.
Una vez con el equipo listo y las indicaciones claras para cubrir cualquier detalle de la visita, el visitante puede adentrarse a la experiencia de la Barranca de Los Jilgueros en un minuto y medio algo que siempre se recordará.
Al llegar al otro extremo, los visitantes pueden realizar senderismo por medio kilómetro. Las ardillas y árboles frutales son parte de la guía que llevan al aventurero a la cima.
Zipline sabe de la importancia de cuidar y proteger la naturaleza, por lo que mantiene una campaña sobre reforestación. Después de tres años de operación se ha logrado plantar hasta cinco mil ejemplares de diferentes árboles, que son monitoreados por especialistas.
De esta forma, en Zacatlán se vive un modelo de ecoturismo donde la sustentabilidad y concientización se realizan de forma constante a sabiendas de que toda la diversión y las experiencias extremas no serían nada sin la naturaleza de México.
AFM