Chofer trabaja 12 horas con su esposa que tiene Alzheimer

Mario Núñez, de 71 años, es un chofer de transporte público que debe cubrir su jornada laboral al lado de su esposa, quien lo acompaña de copiloto todos los días en su ruta.

La historia se hizo viral en redes sociales e incluso, los usuarios compartieron fotos y videos de este matrimonio.
Ciudad de México /

Cuando uno se casa le promete a su pareja estar con ella en la salud y enfermedad y hoy en día son pocos los matrimonios que cumplen con sus votos, como lo ha hecho Mario Núñez, de 71 años. 

Mario es chofer de un microbús en Chile y está casado desde hace 25 años con su esposa de 65 años, Fresia Farías, quien padece Alzheimer y que desde hace cuatro años acompaña a su marido a bordo del camión como una pasajera más. 

El chofer contó al periódico chileno El Día que al no tener quién pueda cuidar de Fresia, la lleva con él sentada a su lado mientras cubre su jornada de 12 horas en el transporte público. 


“Yo la he cuidado solo, pero se me ha hecho muy pesada la situación, esto me tiene realmente estresado y no doy más (…) hay veces que me dan ganas de autoeliminarnos”, relata. 

Haga frío o calor, Mario se levanta todas las mañanas a trabajar, le da desayunar a Fresia, la baña, la viste, le lava los dientes y se aventuran a la pesada jornada que recorre las localidades de La Serena y Coquimbo

Sobre la reacción de los pasajeros al conocer la condición de Fresia, don Mario comenta que un gran porcentaje comprende y tiene disposición hacia ella, pero también ha visto personas que se burlan y eso le duele.


“Se me ha caído de la micro, a veces va durmiendo o le da frío, tiene ganas de ir al baño y debe hacer en un tarro”, agregó.

La historia se hizo viral en redes sociales e incluso, los usuarios compartieron fotos y videos de este matrimonio en hora laboral, con Fresia sentada a un lado de su marido y la mirada perdida o dormida mientras él conduce.

Sin embargo, no todo es color gris en la vida de este amoroso esposo, quien además, no cuenta con alguien que lo apoye a cuidar de su mujer, ni tampoco con los recursos necesarios para llevarla a un centro donde puedan hacerse cargo de ella, pero su historia llegó a una fundación católica que acogerá a Fresia.


JOS

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