Durante la peregrinación a la Virgen de Guadalupe que se llevó a cabo en la ciudad de San Pedro, Coahuila, dos pequeñitos se robaron el corazón de los sampetrinos, ya que con sus atuendos de danzantes fueron la sensación poniendo en sus pasos la inocencia y la fe que desde niños se les inculca.
Uno de los infantes hizo todo el recorrido y en cada cuadra, mientras el grupo de danza en el que iba, realizaba sus pasos en honor a la Gudalupana, el seguía el son de la tambora y el violín.
Mientras que el otro se instaló sobre la avenida Allende y calle Manuel Acuña, y con su atuendo en color rojo, esperaba a cada grupo de danza que iba peregrinando y danzando.
No dejaba pasar ningún son y era como si hubiera ensallado todos los pasos, porque se los sabía cada uno de ellos.
Los observadores y contingentes se quedaban sorprendidos con estos niños, que desde pequeños muestran la devoción y el amor a las tradiciones mexicanas.
Sgg.