La muerte de Elena Larrea, famosa activista y modelo, generó gran conmoción en México pues luchó hasta el final de su vida por la libertad de los animales; en entrevista exclusiva con MILENIO, Adriano Romero, habló sobre la joven.
Adriano Romero recientemente fue involucrado con Larrea de manera sentimental, sin embargo, desmintió que esto hubiese pasado pues únicamente eran amigos y habló sobre el vínculo que los unió: el amor a los caballos.
En medio de las dudas sobre lo que realmente había pasado con la activista, fue que internautas se dieron a la tarea de buscar respuestas y las mismas plataformas sociales comenzaron a difundir información sobre Adriano y Elena.
Sin embargo, el también apasionado por los equinos aclaró a MILENIO la verdadera relación que había entre la joven modelo y él, aunado a describir cómo fue en vida, los anhelos, pasiones, así como sueños que compartieron.
"Conocí an Elena en Puebla por el medio ecuestre en 2019, compartíamos la pasión por los caballos y fue así que comenzamos a grabar contenido a caballo para las redes sociales de Cuacolandia. Yo nunca fui pareja de Elena Larrea y hago esta aclaración por respeto a su familia, a su intimidad y a sus fans. Uno no quiere lucrar con la imagen de nadie y menos con alguien cercano".
Puntualizó que en la activista encontró una persona con quien podía compartir 100 por ciento el amor por los caballos. "Podíamos platicar de caballos, mandarnos fotos de caballos, videos de caballos, memes de caballos y no era una persona que se iba a cansar".
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Elena y Cuacolandia
Los 'cuacos' -como ella los llamaba- fueron clave para que Adriano y Elena forjaran una sólida amistad, pues el amor que tenían hacia estos animales hizo que sus caminos se entrelazaran para buscar el bienestar de los equinos.
"Los videos y contenido que yo tengo públicos en mis redes donde ella sale galopeando pues eran los días que llegamos a grabar para Cuacolandia, anteriormente no estaba en Atlixco y era complicado traer medios y visitas porque estaba en un lugar más remoto que se llama Aras del Bosque".
El crecimiento del santuario comenzó a llegar gracias al contenido de redes sociales que ambos hacían para promover el cuidado y respeto a la vida de los caballos, pues tenían un intercambio de contactos para ayudarse mutuamente.
"Mi amistad con ella muy en el sentido de los intereses que ambos teníamos, yo organizo cabalgatas en el estado de Puebla y tengo mi propio proyecto que yo apadrino, entonces era un intercambio de recursos en el sentido de medios de comunicación, fotógrafos, herradores para los caballos, veterinarios, hubo muchas cosas que no pudimos concretar pero la verdad es que Cuacolandia ya estaba creciendo mucho y con un nombre muy consolidado en Puebla".
La imagen y presencia de Elena en redes sociales fue el despegue para hacer crecer las instalaciones, así como mejorar los espacios donde albergaban a todos los rescates de equinos que la famosa llevaba día con día.
"Al inicio era un proyecto no muy conocido y las personas difícilmente donan dinero para perros, menos para caballos y cuando comenzó a viralizar su contenido la gente realmente empezó a tomarle cariño y ya ella ocupaba una figura pública, si salías con ella la gente quería tomarse fotos".
El amor por parte de los usuarios creció de manera exponencial, pero el empeño que ponía a Cuacolandia tuvo gran impacto entre los niños, especialmente niñas, quienes deseaban tomarse fotos con ella e incluso tomarla como ejemplo a seguir.
"Lo que más me llamó la atención fue la cantidad de niños y en especial niñas que se acercaban con sus mamás de la mano y decían: 'mira es Elena la de TikTok', entonces ella si bien tenía un contenido controversial sí logró cautivar y ser el ejemplo como para muchas personas que estaban interesadas en el tema".
¿Cómo describirías a Elena?
Aunque Elena mantenía un perfil privado en cuanto a su vida personal, lo cierto es que para sus amistades cercanas era aquella amiga inolvidable por su sentido del humor y una gran sonrisa dibujada en su rostro.
"Yo la veía como una amiga con gran sentido del humor, se transformaba cuando estaba con los caballos, creo que lo comprendo porque lo vivo y el momento más feliz que ella tenía era cuando estaba libre, galopando con un caballo".
Para Adriano, Elena pudo sentir la satisfacción de haberle tendido la mano a decenas de animales que necesitaron su ayuda y la recibieron oportunamente, que fueron 'jubilados' del maltrato para vivir el resto de sus días en libertad.
"Creo que pudo sentirse satisfecha de lo que estaba haciendo, pero obviamente tenía claro que todavía había muchísimas cosas que se podían hacer, tenía dificultades todo el tiempo por la cantidad de animales que tenía que mover y si por ella hubiera sido entre más dinero le hubiera llegado, más caballos hubiera adoptado, no tenía un límite para la cantidad de animales que quería ayudar".
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Pero no solamente Elena tuvo un impacto en la audiencia, pues también el público tuvo influencia en la personalidad de la modelo, quien meses antes de su fallecimiento se conmovió con los pequeños que visitaban el santuario e incluso los paseaba en Divo, su caballo.
"Tuvo un cambio de personalidad en los últimos meses porque si bien era una persona que era muy clara por ejemplo con que no quería tener hijos, después ya era una imagen casi normal de ver niños que llegaban a Cuacolandia y ella que nunca prestaba su caballo ya la veías que subía niños sobre Divo en el rancho y los paseaba; entonces creo que también fue conmovida por el cariño de las personas y eso la nutrió y la hizo mucho mejor ser humano".
Para Adriano fue una gran sorpresa atestiguar todo el cariño que Elena ha recibido en los últimos días, pues cientos de personas se han sumado solidariamente a la tragedia de ver partir a una persona llena de vida y metas.
"Me impresionó el cariño y el impacto que ha tenido y espero que su recuerdo se mantenga vivo mediante su legado mediante los animales que amaba y sobre todo como una voz que exigía un México diferente, un México sin violencia".
¿Cómo era un día con Elena?
Para Elena los días giraban en torno a sus caballos, poco a poco la vida social quedó de lado y el objetivo principal era mantener sanos, felices y amados a todos los equinos que Cuacolandia recibió para darles una mejor calidad de vida.
"Un día con ella eran labores del rancho, de tantos animales era supervisar que los animales tuvieran comida, supervisar el avance médico de los rescates, era estar monitoreando las condiciones de las caballerizas, a veces los caballos rompen muy seguido sus espacios, revisar el estado de ánimo de los caballos, manejar esa cantidad de animales requiere mucha atención a los detalles porque los caballos tienen personalidad y algunos no se llevan entre ellos y la organización dependía de cómo se llevaban".
Los temas legales que enfrentó Elena para sacar adelante la justicia sobre los maltratos que recibieron ejemplares como Mila, fueron parte de las preocupaciones que atendía día con día, pero que les dio batalla hasta el final de sus días.
"Creo que fuera de estar grabando contenido, que es extenuante, pues un día cotidiano para ella no tenía fines de semana, ni viajes, todo el tiempo estaba enfocada a darle seguimiento a los juicios ella vivía 100 por ciento para éste tema, era muy raro que se diera tiempo de actividades sociales".
Con Elena los días pasaban entre caballerizas, extenuantes jornadas de cuidados, alimentación y reparaciones, pero también ir por un helado a caballo, platicar de series, reír sobre memes de equinos o simplemente ir a montar libremente.
"Era una amiga con la que podía hablar sobre series de TV, ir a montar o ir por helado a caballo, cosas cotidianas que se viven en los ranchos. La voy a extrañar todos los días y estoy seguro que su lucha la heredaremos todos los que la conocimos".
Para Adriano se fue una amiga que mostró siempre su lado más fuerte para sacar adelante a los animalitos que deseaba mostrarles el otro lado de los seres humanos: la compasión y el amor.
"Ella pasaba muchas dificultades para mantener sus caballos y fuera de la figura pública, yo voy a extrañar a una amiga que me enseñó mucho y que me apoyo para perseguir mis sueños. Cuando sólo hablas de caballos la gente se cansa y es por eso que cuesta trabajo encontrar personas que lo comprendan, los caballos son un modo de vida y exigen atención todos los días".
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¿Cómo está Cuacolandia?
Las dudas sobre Cuacolandia no han parado, pero Adriano está dispuesto a colaborar con la nueva administración para sacar adelante el legado que Larrea dejó no sólo a los integrantes del proyecto, también a futuras generaciones.
"No he podido ir a verlos, pero algunos fotógrafos que trabajan también conmigo han ido en la semana al santuario y los animales están bien, otras personas que conozco han ido y llevado pacas de avena y han estado realizando donaciones, creo que los animales están bien, saludables".
Puntualizó la importancia de saber que un equino requiere gran compromiso, pues viven hasta 30 años y los habitantes de Cuacolandia van a necesitar ayuda por el resto de su vida, no solamente un par de meses.
"Por ahora el santuario está bien, es importante que pues ese esfuerzo no se deje de poner atención un caballo vive de 25 a 30 años, no basta con ayudar unos meses, se necesita concientizar a la gente que a largo plazo quieran vivir esto; un caballo no es un hobbie".
Mandó una respetuosa invitación a la familia de Elena, quienes serán los encargados de velar por la última voluntad de la modelo, quien deseaba ver con bien a los caballos que rescató con tanto esfuerzo, empeño y amor.
"Con todo gusto, finalmente para poderlos apoyar con todo gusto, todavía tengo contenido que grabé con ella que les puedo dar para que sigan publicando y yo siempre que pueda apoyar éste tipo de proyectos lo voy a hacer".
¿Qué te deja la partida de Elena?
Elena deseaba traspasar el activismo a otros horizontes, pues estaba en planes de expandir la ayuda a otros sectores, empezando por el feminismo y formar nuevas conciencias sobre el respeto a las mujeres.
"Hay que luchar por una realidad, por un México sin violencia, no sólo hacia los animales, también hacia las mujeres y hacia toda la sociedad. Creo que es lamentable en el sentido social de que justamente estaba comenzando a incursionar en otros temas que no sólo eran caballos, ella hablaba ya de feminismo, creo que su potencial para poder moldear un poco las mentes de las personas en una dirección mucho más humana se quedó a medias".
La muerte de Elena ha sido un golpe duro para la sociedad en general, pero para Adriano más que una lección ha sido una reflexión sobre la fragilidad de la vida, pues no logró volver a verla a pesar de que ya tenían planes de salir a cabalgar.
"Me queda un poco el remordimiento porque el último mensaje que le mandé fue que: 'paso a Cuacolandia el lunes' y era puente y ya no pude ir por cuestiones de trabajo, más que decirle algo es el remordimiento de no haberme dado el tiempo de pasarlo con ella cuando ya era algo que íbamos a hacer, yo no estaba enterado de la situación de salud que tenía, no sabía que no podía montar, yo tenía pendiente verla, por cuestiones de trabajo me distancié de ella, yo estaba en Ciudad de México y ella en Puebla, era más difícil ir a montar a caballo".
Adriano cerró filas para tomar en cuenta lo importante que fue para Elena haber vivido su sueño al máximo, pues pasó sus últimos años junto a los amados caballos que salvó y recibió una eterna gratitud por parte de todos sus rescates.
"No dejar las cosas para después, la vida es breve, creo que ella vivió su sueño al máximo y la intensidad de vivir con estos animales 24/7".
Elena y Adriano
Adriano recuerda que iban por paletas a caballo.
KVS