Desde niño me acostumbré a ver a la Monarca: Homero Aridjis

En su libro María la Monarca, el escritor narra lo vivido desde niño en su pueblo natal, Contepec, a través de las primas Eréndira y Corina, quienes se preocupaban por el futuro de las mariposas debido a la tala inmoderada y a

Para Homero Aridjis, hoy las autoridades “deben ponerse las pilas” para mantener la conservación de la Monarca, de los santuarios.
Rosa Emilia Porras
Ciudad de México /

Desde niño Homero Aridjis estaba vinculado a la Monarca porque en el pueblo en el que nació, Contepec, Michoacán, se encuentra uno de los santuarios de la mariposa.

“Cuando yo era niño me acostumbre a ver a la Monarca, a verlas pasar desde noviembre hasta que se iban, ahí por marzo más o menos. Lo único que no sabíamos es que la Monarca que nosotros veíamos pasar por las calles del pueblo venía de Canadá”.

Cada año, recuerda, los niños del pueblo hacíamos una excursión al Cerro Altamirano, a la parte conocida como el Llano de la Mula.

“Subíamos y esa era nuestra cultura ecológica. A lo largo de mi vida he subido para ver a las mariposas; sin embargo, ha habido muchas contingencias. Ahora el acceso está bloqueado por gente que ha puesto alambradas”.

En entrevista con MILENIO, el fundador del Grupo de los Cien recuerda cómo las mariposas corrieron peligro en las década de los 80, cuando un coronel se apropió de los cerros para talar los árboles y también robar la fauna del lugar para venderla.

“Había un forcejeo de tala porque había un coronel cardenista de nombre Mondragón que invadió los cerros por sus pistolas y se posesionó de ellos para la tala; era impresionante ver cómo echaba los camiones contra las mariposas y cortaba los troncos”.

Y es precisamente en su libro María la Monarca donde don Homero narra lo vivido desde niño, a través de dos primas Eréndira y Corina, quienes se preocupaban por el futuro de las mariposas debido a la tala inmoderada que había en la zona y a la falta de protección de la fauna del lugar.

“Hemos tenido la problemática de protección y depredación al mismo tiempo. Ha habido una insuficiencia oficial en proteger correctamente los santuarios”.

Ilustrado por Juan Palomino, el libro incluye el texto de Betty Ferber “La monarca: una viajera incansable”, material que ayuda a los lectores a conocer cómo es la Monarca y su ruta de migración desde Canadá a México.

“En enero pasado fui al cerro y me encontré con una sorpresa muy grata de niñas, en el Santuario de Sierra Chincua, que pudieran ser personajes de mi cuento. Niñas, adolescentes, que hoy cuidan a las Monarca; hay un cambio de educación social muy relevante, piensa y ya tienen conciencia ecológica de respeto a los santuarios y sirven de guías a los turistas. Por lo que es un gran cambio de que la sociedad civil avanzan más rápido que las autoridades que deben cuidar la ecología”.

Para Homero Aridjis, hoy las autoridades “deben ponerse las pilas” para mantener la conservación de la Monarca, de los santuarios.

En 2008 cuando Homero Aridjis era embajador de México ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, logró que la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca fuera incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

“En casi una misión secreta, gestioné ante la UNESCO que se declarara Reserva Natural de la Humanidad. En ese tiempo se propuso la candidatura al comité que lo conforman 21 países; sin embargo, no fue aprobado por la falta de apoyo del gobierno de Felipe Calderón, y uno de los factores era la tala clandestina que había en la zona. Así que tardamos un poco más para lograrlo”.

El escritor recordó que fue a través del Grupo de los Cien, del cual es fundador, que enviaron tres cartas, una al primer ministro de Canadá, Stephen Joseph Harper; otra al presidente de México, Enrique Peña Nieto; y otra más al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para pedirles a los tres países el apoyo para la conservación de la mariposa Monarca, la cual se convirtió en el símbolo del Tratado de Libre Comercio.

“Los tres contestaron de manera positiva; sin embargo, en nuestro país nos enfrentamos a la tala de salvamento, que ha sido una manera disfrazada de autorizar la tala de árboles en los santuarios. Supuestamente se cortan árboles dañados para salvar el bosque, sin embargo, eso encubre una tala sin control, porque aunque se consideran dañinos no hacen mal al ecosistema”.

Homero Aridjis ha dedicado varios libros a la Monarca: El Poeta Niño, La montaña de las mariposas, Noticias de la Tierra y María la Monarca.

“A lo largo de mi obra he escrito muchos poemas acerca de la Monarca, es un símbolo de la naturaleza”.
REPL