La cuarentena debido a la pandemia de coronavirus ha provocado que la naturaleza se tome un respiro, pues muchos animales y fenómenos biológicos han aprovechado la ausencia de humanos para hacerse presentes, por ejemplo: la aparición de una medusa en los canales de Venecia y el nado de nado de unos delfines en un mar con bioluminiscencia en Estados Unidos. Ahora, a estos sucesos extraordinarios, se suma la aparición de una tortuga carey en Tailandia.
Esta especie, clasificada en peligro de extinción, emergió del mar para depositar al menos 80 huevos en una playa tailandesa, pocos minutos antes del inicio del Día Mundial del Medio Ambiente, conmemoración que ocurrió el pasado 5 de junio.
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La tortuga marina carey eligió una playa en Koh Samui, una isla usualmente visitada por millones de personas cada año, y fue seguida por veterinarios gracias a un chip digital que le implantaron.
Personal del parque nacional y de conservación de vida silvestre estuvo en el lugar para recolectar una muestra de sangre y para controlar la salud de la tortuga, que estimaron tenía unos 30 años.
El número de esa especie se ha reducido significativamente debido al comercio de sus conchas, que ahora es ilegal. Pero 2020 ha sido un año excelente para las tortugas en Tailandia: el país registró el mayor número de nidos de tortugas en dos décadas, que se encuentran en playas vacías de turistas.
Los conservacionistas locales dijeron que, solo en Koh Samui, las tortugas pusieron huevos en más de una decena de ocasiones en los últimos cuatro meses.
Características de la tortuga carey
Según el portal BioEnciclopedia, este animal tiene el cuerpo plano y sus aletas están perfectamente adaptados a las condiciones de la vida marina, por lo que puede alcanzar velocidades de 24 km/h y se han registrado desplazamientos de hasta 1.8 km. Además, puede sumergirse hasta 70 metros por más de 80 minutos.
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En su etapa adulta, llega a medir entre 60 y 100 centímetros de largo en el caparazón y tener entre 50 y 80 kilos de peso. Este caparazón es de color combinado con claros y oscuros en amarillos y marrones; su forma es de corazón, pero conforme madura se hace más alargado hasta llegar a una figura oval.
A diferencia de las demás especies de tortugas, este llamativo caparazón está conformado por gruesas placas que se superponen, creando una circunferencia que simula unos afilados dientes de cuchillo o una sierra. Su mandíbula tiene forma de pico, por lo que también es parte de sus rasgos distintivos.
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