Dos pingüinos Adelie se sumaron a la familia de la Antártida del Zoológico de Guadalajara en diciembre pasado; es el segundo año consecutivo que esta especie se reproduce en el espacio tapatío, único en Latinoamérica.
“Es motivo de orgullo para el Zoológico el reproducir, por segundo año consecutivo, una especie que solamente en esta institución se mantiene a nivel Latinoamérica, los pingüinos Adelie, una especie auténticamente antártica y que precisamente por eso representa los retos en su mantenimiento y cuidado humano”, explicó Luis Soto, veterinario responsable del área de pingüinos del Zoológico.
Los pollos, que aún no tienen nombre porque no se ha definido su sexo, llegaron al mundo el 24 y el 26 de diciembre; a dos meses de su nacimiento evolucionan de manera favorable, tanto en peso como un plumaje.
“Esta especie en particular al vivir en una zona donde las características del ambiente son tan difíciles necesitan crecer muy rápido para estar listos para su ecosistema, ellos nacen de alrededor de 50 o 60 gramos y ahorita por ejemplo ya va empezando arriba de dos kilos, comentaba Soto hace quince días.
“Prácticamente en ocho o diez semanas tiene que estar listos con el plumaje de los adultos, es decir, impermeables para poder sumergirse, ahorita todavía no saben nadar, sus plumas no son impermeables lo que quiero decir que si se meten al agua, la absorberían y serán muy pesados y correría riesgo su vida”, señaló el veterinario.
Los padres de estas crías, Pippin y Blanquita, tuvieron un huevo el año pasado y ahora dos más, por lo que se han convertido en la pareja que mejor se ha reproducido dentro de este espacio.
“Esta pareja ya había tenido crías. Hay varias parejas formadas, el año pasado fueron dos parejas esta y otra, cada una tuvo uno, este año la otra pareja no tuvo huevos, huevos fértiles, y Pippin y Blanquita tuvieron dos, hay otras parejas formadas, pero están en proceso de madurar su relación, quizás en otro año también puedan reproducirse”, dijo Soto.
Con estos nuevos inquilinos, ya suman 18 ejemplares en la Antártida del Zoológico, la cual tiene capacidad para hasta 60 individuos, esto debido a que se cuenta con el espacio suficiente y las medidas correspondientes desde 2015, cuando por primera vez los pingüinos llegaron a Guadalajara.
“Durante estos años ha sido un trabajo intenso porque son diferentes al resto de los animales, tienen requerimientos muy particulares y muy distintos a los demás, los pingüinos necesitan estar en temperaturas por debajo de los cero grados, tener nieve a su alcance, el agua tiene que estar completamente fría, lo cual es un reto en una ciudad con las características de Guadalajara, el hecho de que estos pingüinos se reproduzcan es un signo de que hemos sido capaces de proveerle los estímulos y los requerimientos que ellos necesitan para desarrollar los procesos biológicos que tiene esta especie”, finalizó el experto.
Los veterinarios y biólogos a cargo de los pingüinos están a la espera de que los pollos cumplan dos meses y medio de edad para someterlos a revisión física y pruebas genéticas para determinar su sexo y darles un nombre.
Las claves
Especie.El pingüino Adelie es, junto con el pingüino emperador, una de las dos únicas especies de pingüinos que viven en el continente antártico.Características. Mide de 60 a 70 centímetros de longitud y pesa alrededor de 4 kilogramos; su rasgo distintivo es el anillo circular blanco que rodea el ojo y las plumas en la base del pico. Estas largas plumas ocultan la mayor parte del pico rojo. La cola es un poco más larga que las de otros pingüinos.
Reproducción. En época reproductiva se reúnen en los lugares de reproducción en octubre. Sus nidos consisten en un grupo de piedras apiladas. Los machos llaman a las hembras con un ruido gutural bajo seguido de un fuerte llanto. Una hembra generalmente pone dos huevos de color pardo o verde, el padre y la madre se alternan para incubar el huevo; uno va a buscar comida y el otro se queda a incubar el huevo. El padre que está incubando no come. Cuando las crías ya cambiaron su plumaje de juvenil los adultos regresan al mar junto con su cría.
SRN