¡Un paraíso felino! Así es el refugio para gatos abandonados durante la pandemia en España

El Jardinet dels Gats es una organización con sede en Barcelona que ante el creciente abandono de felinos decidió comenzar una campaña para ayudarlos.

El refugio se encuentra en la ciudad de Barcelona. (Reuters)
Editorial Milenio
Barcelona /

La pandemia de coronavirus también ha afectado de forma significativa a las mascotas, sobre todo a los gatos, pues varios han resultado abandonados. Los motivos que han provocado esta lamentable situación son dos: la información que dio a conocer la OMS sobre la vulnerabilidad de los felinos ante el virus y la muerte de sus dueños por covid-19. 

Ante estos cientos de felinos que de una casa pasaron a la calle, el refugio El Jardinet dels Gats, con sede en Barcelona, lanzó una campaña online para aumentar la adopción de los felinos y la financiación económica de la organización.

Mientras gatos de distintos colores, formas y tamaños toman el sol de otoño en el patio, la propietaria de la protectora, Álex Salvador, transmite en vivo por Instagram su llamada a los donantes.

"La situación del covid-19 nos ha traído gatos de edad avanzada o con mala salud, que pertenecían a personas mayores que no los habían llevado al veterinario durante mucho tiempo (a causa del virus), por lo que los costes son muy altos", explica Salvador, de 43 años.

La pandemia obligó a cancelar los eventos in situ de recaudación que solía organizar el refugio y redujo la cantidad de donaciones, pero la campaña a través de internet está siendo un éxito, apunta Salvador.

"Hemos adaptado todo: las entrevistas para las adopciones, los hogares de acogida, los voluntarios", explica la propietaria cuyos padres fundaron el refugio hace 12 años.

La epidemia también ha traído nuevos voluntarios.

"Como trabajo desde casa, trabajo a distancia en ventas, necesito salir un poco. Venir aquí a Jardinets ayuda mucho", apunta Andreas Schaedler, suizo de 33 años que vive en Barcelona.

A algunos gatos incluso, les gusta ayudar en el proceso de integración, como Zipi, un ejemplar de cuatro años nacido en la calle, que muestra a los recién llegados cómo responder a las caricias y a las ofertas de comida.

"Se ha convertido en el rey del Jardinet, todos estamos enamoradas de él", dice Salvador.

​yhc