En marzo de 2020, la noticia sobre el asesinato de la única jirafa blanca de Kenia y su cría, a manos de cazadores furtivos, provocó una enorme indignación en el mundo. Ahora, el último ejemplar de esta especie estará controlado por un dispositivo de rastreo por GPS para ayudar a protegerla de los cazadores furtivos mientras pasta en Kenia. A pesar de su singularidad, el solitario macho no tiene nombre.
La jirafa blanca vive ahora sola luego de que una hembra y su cría fuesen asesinadas, dijo la reserva Ishaqbini Hirola en un comunicado.
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Un raro rasgo genético llamado leucismo le causa el color blanco y hace que el animal destaque en la árida sabana próxima a la frontera con Somalia.
Ahora, el dispositivo colocado en uno de los cuernos de la jirafa, emitirá una alerta cada hora para avisar a los guardabosques de su posición.
La reserva agradeció al Servicio de Vida Salvaje de Kenia y a los grupos Northern Rangelands Trust y Save Giraffes Now por su ayuda.
lnb