Imagina despertar en tu casa después de una larga noche, intentes tomar tu celular de donde lo dejaste antes de dormir y descubras que no está. Buscas por todos lados y no lo encuentras, ¿en qué piensas? por supuesto, alguien entró a tu hogar a robar.
Eso fue lo que pensó Zackrydz Rodzi cuando se levantó en su hogar en Malasia y su smartphone se había evaporado, según lo que relató a The Dodo, sin embargo, aunque la situación ya era de por sí rara, más adelante, buscando su teléfono, descubrió que era aun más extraña, pues nunca imaginó quién era el principal sospechoso.
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Determinado a resolver el misterio de su celular perdido dentro de su misma casa, comenzó la búsqueda. Escarbó en los sillones, en el suelo, debajo de los muebles y nada... así que sólo quedaba una opción, el jardín.
Salió para tratar de encontrarlo entre el pasto y, como último recurso,le pidió a su hermano que le marcara para tratar de hallarlo escuchándolo. Cuál fue su sorpresa al descubrir que en efecto, el teléfono estaba sonando, pero más allá de su jardín.
"Escuché el tono de mi celular cerca de la jungla, detrás de mi casa", dijo Rodzi al medio antes citado, y, efectivamente, ahí estaba, entre el fango, las plantas y la humedad, por lo que descubrió que había sufrido daños internos.
Sin embargo, seguía funcionando y decidió meterse a buscar pistas en las aplicaciones. Lo encontró todo en su galería, pues el ladrón decidió utilizar el teléfono para tomarse algunas selfies y capturar imágenes del paisaje.
Las selfies lo sorprendieron, pues descubrió que había sido nada menos que un mono el que había entrado a su casa a robar su teléfono y además, había convivido con la tecnología un rato, como por pura curiosidad.
Rodzi declaró que después de haber estado muy enojado por el hurto, al descubrir las fotos, sólo sintió felicidad y risa del atrevimiento del animal.
cjr