La venta de pescados y mariscos atrae a los ciudadanos a la laguna del Champayán en Altamira y qué decir de la gastronomía, pero hay algo más que le da un toque especial a este rinconcito de Tamaulipas: su fauna.
Las blancas plumas y picos largos con tonalidad amarilla de los pelícanos americanos, hacen voltear de manera inmediata hacia un costado del muelle donde diariamente acude gente que habita en comunidades cercanas para vender productos que da la madre naturaleza.
Con elegancia, una población de aves acuáticas reposa sobre un islote rodeado de tules.
La mayoría de las poblaciones de pelícanos son migratorias y algunas poblaciones de la costa de Texas y de México son residentes permanentes. Migra de día y en bandadas.
Los ejemplares reproductivos de las tierras llanas del norte migran al sureste y suroeste en dirección a las tierras costeras. Algunos ejemplares no reproductivos pasan el verano en la zona de distribución de invierno, sobre todo en Florida.
Los ejemplares que se desvían pueden recorrer largas distancias, lo que incluye trayectos en dirección al noreste.
Su hábitat son lagos, pantanos y bahías de agua salada y se reproduce a nivel local en islas costeras. A pesar de su gran tamaño, tiene un vuelo espectacular y sus bandadas a menudo vuelan al unísono lentamente trazando círculos de gran altura.
EAS