No cabe duda que los animales demuestran su amor y su fidelidad en cualquier circunstancia y para muestra Leo, un perrito que vivía en las calles de Río piedras en Puerto Rico. La historia de este lomito llamó la atención y conmovió debido a que se quedó cuidando las pertenencias y el cuerpo de su dueño quien era un indigente.
De acuerdo con el medio El Nuevo Día, este perrito era el fiel acompañante de un deambulante de 60 años, quien falleció inesperadamente en una de las calles de Río piedras. La gente no se percató que el hombre había muerto, ya que parecía que estaba durmiendo y su mascota se encontraba acostado entre sus piernas.
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Tras varias horas sin moverse, autoridades acudieron al lugar y confirmaron la muerte de la persona en situación de calle. A pesar de que se llevaron el cuerpo, el perrito se quedó cuidando las pertenencias de su dueño, las cuales se encontraban en una hielera debajo de una banca de cemento.
“Se quedó viendo cada movimiento del personal del Instituto de Ciencias Forenses, una vez se llevaron el cuerpo, se ha quedado con esa cara de tristeza que ese perrito me partió el corazón. Fue una escena de mucha pena”, dijo el doctor Carlos Gómez, director de la Sala de Emergencias del Centro Médico local.
A pesar de que el perrito perdió a su dueño, no todo estaba perdido, ya que José Antonio Herrera Dalmau, un doctor, al escuchar la triste historia no lo pensó dos veces y tomó la decisión de adoptar al can.
Por ahora, el doctor ha explicado que piensa llamarlo Leo y que ya convivió con sus otros dos perros, Melcoche y Lucho.
“Ya le saqué cita con el veterinario porque tiene una patica media lastimada. No tiene fractura, pero tiene una lesión”.
Al llevarlo a su casa, el doctor contó al medio que el perrito al parecer buscaba a su anterior dueño y que estaba un poco asustado de convivir con los otros perros.
“Estaba asustado, con las orejas bien para atrás, con el rabo entre las piernas y ansioso porque estaba salivando mucho y lo tuvo que coger”.
PJG