Algo que es perfectamente común en las redes sociales, y de lo que por supuesto no nos quejamos para nada, son los videos en donde personas con un corazón amable, rescatan perritos de un futuro en las calles y sin esperanzas para convertirlos en animales felices que ya no conocen otra vida que la de acurrucarse en los sillones y comer como reyes, como debería ser.
Pero, ¿qué pasa con los otros animales que tienen que lidiar con los malos tratos y los cuidados incorrectos? Pues una mujer decidió documentar un rescate de lo más inusual cuando, dando un paseo por su tienda de mascotas local, dio con un pequeño pez dorado que triste, se arrastraba por el fondo de la pecera, en lo que pudieron haber sido sus últimas horas de vida resignado a haberlas pasado en cautiverio en una de una manera muy poco digna.
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Sin embargo, al observarlo ahí tan triste, Lacey Scott decidió que tenía que hacer algo por él, pues sabía del fatal destino que enfrentaría aquel pez de no ser rescatado, pues era de un feo color oscuro que nada tenía que ver con el que el nombre de su especie indica y sus ojos estaban nublados.
Fue así que Scott logró convencer a los encargados de la tienda de que la dejaran llevar al pez a su casa, para darle una segunda oportunidad. Según contó ella a The Dodo, en cuanto llegaron a su hogar, armó una "pecera hospital" en donde comenzó a evaluar al pez, que de ahora en adelante se llamaría Mostro.
Ahí se dio cuenta de que el pez estaba demasiado herido en el abdomen por tato arrastrarse por la pecera, y que además, estaba mal alimentado. Es por eso que comenzó a cambiarle al agua día con día y a darle comida para peces de gran calidad. Aunque al principio sus esfuerzos parecieron ser infructuosos, poco a poco comenzó a observar cambios, pues Mostro pareció recobrar la energía y de repente, nadaba, como hacía mucho no pasaba.
La señal definitiva de que Mostro estaba recuperándose, fue que su piel comenzó a cambiar de color. El tono negro cenizo comenzó a desvanecerse para dar paso a unas escamas saludables de reluciente color dorado y sus ojos mejoraron.
Un a vez observado esto, Lacey tomó al pez y lo trasladó hacia un estanque de nueve litros, muy grande, para que su amigo tuviera suficiente espacio para nadar y divertirse y le consiguió algunos amigos para que le hicieran compañía.
Así, con suerte, el pequeño Mostro vivirá muchos años después de haber estado condenado a una muerte segura, y podrá ser muy feliz en un estanque apropiado para poder estirar sus aletas a su gusto cuando él quiera.
Aunque la historia sucedió hace aproximadamente un año, los videos de su rescate se volvieron virales hace poco en las redes sociales.
cjr