Las fiestas decembrinas se caracterizan por la reunión entre familiares, para algunos es la única fecha en la que pueden ver a sus seres queridos, y aunque este año la recomendación es no hacer reuniones para evitar el contagio de covid-19, hay personas que desde hace mucho tiempo han dejado de asistir a estas celebraciones, pues justamente en diciembre los cohetes y juegos pirotécnicos son parte del día a día, lo cual afecta sobre todo a los animales domésticos, como los perros, por ello deciden quedarse en casa para cuidarlos.
“Un día me fui y dejé a mi perrita Viole con música para perros, le puse un vendaje y gotas de lavanda, pero cuando llegué había roto la puerta de un clóset con sus garras, hizo un hoyo y se metió en un huequito (…) por eso mejor me quedo con ellas. A Viole le gusta que me meta con ella en la cama la abrazo y se calma un poco aunque todavía le sigue temblorosa y es complicado porque si me voy siento preocupación por ellas. Mi gente me dice exagerada o ridícula, dicen que son animales”, cuenta Mavely Velázquez Islas, protectora independiente de Hidalgo.
Cada animalista tiene su técnica para resguardarlos, según lo que tengan a la mano, pero si hay algo que todas refieren, es que la música para perros o los vendajes no son suficientes si no tienen la compañía de los humanos.
“Sam Bigotes es el más nervioso, a veces lo tengo que meter a mi recámara, se esconde debajo de la cama; los otros niños procuro tenerlos ya encerrados en su recámara tapados con sus cobijas y estar continuamente hablándoles para que se sientan seguros (…) desde hace siete años estamos así”, dice Elizabeth Molina, protectora animal independiente, que dentro de su labor durante estas fechas, también está el salir a servirles una “cena navideña” a los perritos en situación de calle.
“Hace cuatro años que no voy a casa en Navidad (…) mi familia al principio se enojaba, ahora lo aceptan. El último año que fui Panda, un pitbull, abrió su jaula y mató a Tlacuache, un perro que era el líder de la manada, él solo tenía tres patitas”, contó a MILENIO Yeni Álvarez Sevilla, presidenta de Casa Hogar IFA, refugio ubicado en Mineral de la Reforma, quien ha dejado de celebrar estas fechas para quedarse resguardan a los perros que ha rescatado y que se encuentran en su refugio.
A la casa de Yoseika Castillo siempre llega su familia a pasar la Navidad, pero a pesar del bullicio, sus perros siguen sin digerir bien los sonidos fuertes de la pirotecnia. “Tengo tres de seis perros que se ocultan y no dejan de temblar, para ellas, un día antes de la celebración empiezo con un baño de lavanda y el día del evento siempre les doy una pastilla de hemp o CBD para controlar el nervio, les pongo aceitito de lavanda en el cuello y las dejo en su lugar seguro, que para ellas es su kennel, les pongo música para perros a volumen alto para que los cohetes pasen desapercibidos”.