A Alejandra N la acusaron de dejar morir de hambre a sus perros. Vecinos de Rincones de la Haciendo, en Tulancingo, subieron por su barda para grabar una pelea entre los ocho canes que tenía en ese momento, la cual pudo haber sido causada por los mismos que tomaban el video, ya que al regresar, la familia encontró cohetes y piedras de gran tamaño en su patio, con lo que suponen asustaron a los perros, quienes también rompieron la puerta de la sala por el estrés. El video se viralizó y acusaron a la protectora animal de dejarlos sin comida, razón por la que alegaban se habían peleado.
Y la historia se repite, pues JVR es habitante de Mineral de la Reforma y desde hace más de 15 años se dedica también a rescatar y apoyar a perros en situación de orfandad social, pero al igual que a Alejandra en Tulancingo, esto le ha valido el desagrado de sus vecinos, tan es así que éstos también utilizaron las redes sociales para dar a conocer su dirección y demás datos personales mientras la señalaban de tener muchos animales y de no limpiar su patio.
“Hace aproximadamente 10 años que me dedico al rescate de animales en situación de calle (…) actualmente tengo a mi cargo a ocho perros, los cuales se encuentran en perfecto estado de salud, esterilizados y vacunados. No los han adoptado porque son criollitos y dice la gente que son feos, y por eso no los puedo devolver yo a la calle, son de edades entre cuatro y siete años. Todos los días salen a pasear conmigo muy temprano”, cuenta para MILENIO Alejandra, quien ahonda en que gracias a ese video viral ahora las autoridades de Tulancingo buscan quitarle a sus perros a pesar de que no han logrado acreditar maltrato animal, pues le han señalado que los retirarán solo por considerar que son muchos para una casa como la suya.
Sin embargo, el artículo 13 de la Ley de Protección y Trato Digno para los Animales del Estado de Hidalgo dice que “cualquier persona física o moral que adquiera un animal deberá brindarle un espacio que cuente con las condiciones de seguridad y protección necesarias, adecuado para su tamaño según su especie y carácter propio de su raza, que le permita descansar, caminar y moverse con libertad”; no obstante este documento no menciona una cantidad mínima de perros o gatos por hogar.
“Muchos rescatistas me podrán entender en que nos quedamos cortos en dinero por ayudarlos, por esterilizar, a veces no nos compramos cosas que nos gustarían tener por ayudar a los animales y no nos duele no tener la pantalla del año o el iPhone del año (…) pero aun así la gente nos critica, los vecinos nos atacan, nos reportan”, dice en entrevista JVR.
“Se ha vuelto una cacería de brujas el ser un rescatista (…) nos ven como locos y nos ven vulnerables porque la mayoría somos gente solitaria y por ello empezamos a ser víctimas de denuncias anónimas, de denuncias sin fundamento, de calumnias, víctimas de difamación de que somos foco de infección, de que somos un mal para la sociedad cuando realmente estamos haciendo el trabajo que el gobierno no está haciendo”.
En ese aspecto, la ley que protege a los animales en Hidalgo prevé que la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente reciba y resuelva las denuncias por maltrato animal, mientras que a la Secretaría de Educación Pública debe generar estrategias para concienciar desde los primeros niveles sobre la importancia del bienestar animal; por último, son los Ayuntamientos los encargados del control canino, es decir, de campañas de esterilización, así como la supervisión de venta de especies domésticas.
Hostigamiento vecinal en Tulancingo
A Alejandra quieren quitarle a sus perros. “Hace aproximadamente ocho años los vecinos se subieron también a mi azotea a sacar fotos alegando que era un foco de infección y me mandaron al otro día un citatorio de Ecología”; en esa ocasión las autoridades no acreditaron ningún tipo de maltrato y aconsejaron tratar la problemática vecinal sin que se amenazara la integridad de los animales; no obstante, esta vez no corrió con la misma suerte, pues a pesar de que la autoridades del Concejo Interino de Tulancingo que visitaron su hogar constataron el estado de salud de los canes, le advirtieron que de no encontrarles otro hogar, entrarían por ellos para llevarlos al Centro de Control Canino de Tulancingo, así contó lo ocurrido Alejandra N.
“Yo estoy preocupada porque, ¿qué destino van a tener mis animales?, ¿una muerte? No puede ser posible que los haya yo sacado de situaciones extremas para ofrecerles una mejor vida, y que ellos no tienen la culpa de que nadie los haya querido adoptar porque son criollitos, porque dos tienen secuelas de moquillo, o sea, están en perfecto estado, pero ya tienen un tic”.
“Estoy haciendo el trabajo de ellos, por el cual reciben un sueldo y categóricamente no hacen nada, no tenemos apoyo y él (encargado del Centro de Control Canino) aunque tenga un cargo, no le interesan los animales sino su sueldo, no le interesa cuántos animales tenga que matar. ¿Qué hago con los animales?, ¿los echo a la calle?, ¿los mato? No es tan fácil, me costó mucho trabajo sacarlos adelante, como para que este señor los mate”.
Ante ello, el secretario de Medio Ambiente de Tulancingo, Arturo Hernández Lechuga, aseguró en entrevista para MILENIO que aunque el caso ya avanzó a la firma de un convenio para retirar a los perros, se respetarán los procesos legales, por lo que primero se dispondrán a acreditar el maltrato animal, y de no haberlo, concluirá la denuncia.
“Nosotros tenemos que basarnos en evidencias (…) también las cuestiones de las personas que escuchan a los perros pelearse, pues se incomodan y se hacen hipótesis erróneas (…) la firma de convenio establece dos vertientes, una de responsabilidad y otra de calidad administrativa y en ese sentido, si nosotros vamos y verificamos que los animales están en buen estado, eso está en el convenio, y si ella está confirmando la legal propiedad de los animales (certificados médicos y cartillas de vacunación) entonces no hay por qué retirarlos”.
Caso Mineral de la Reforma
Por su parte, JVR ha sido víctima de acoso de parte de sus vecinos, quienes a principio de noviembre hicieron públicas fotos y videos de su casa a través de un perfil de Facebook, allí señalaban su molestia por la cantidad de perros. Ante la exposición de sus datos personales, la afectada decidió poner denunciar el hecho, lo cual quedó asentada en el expediente 786/2020.
“Yo en lo personal he sido difamada por vecinos, que han expuesto mi casa, mi domicilio, han subido videos de mi casa incitando a la gente al odio, incitando a que me puedan hacer algo, yo me siento vulnerada también como mujer y están siendo vulnerados mis animales y creo que no nada más es mi caso, hay muchísimos protectores que les han hecho lo mismo (…) he visto amigos que les han ido a quemar sus refugios, que ellos pagan renta, todo su dinero lo pagan en eso y aun así les han ido a quemar sus refugios, entonces yo quiero crear consciencia, que nos unamos los protectores y decirles a los vecinos que esto tiene que parar, que esto tiene que ser una cadena de ayuda, dejen intimidarnos públicamente, dejen de violentarnos, porque esto no es de seres humanos, esto es muy bajo, que no tiene nombre lo que nos están haciendo”, concluyó.