A partir de enero de 2020, los visitantes no podrán seguir disfrutando de la isla de Komodo porque las autoridades de Indonesia han decidido cerrar la isla a los turistas después de que las autoridades detuvieran a 9 hombres que robaron 41 dragones para después venderlos por 30 mil euros (poco más de 640 mil pesos mexicanos).
Los detenidos podrían haber robado los dragones para después venderlos en el mercado de contrabando en el extranjero, según informó The Washington Post.
El robo de estos animales "involucra al crimen organizado" pero también a "la corrupción de los funcionarios" ha declarado el experto en tráfico de especies salvajes de WWF, Crawford Allan, al citado diario.
Algunos científicos creen que uno de los usos que pueden tener los lagartos es el medicinal. Sin embargo, el profesor asociado de la escuela de ciencias biológicas de la Universidad de Queensland, Bryan Fry, cree que "es más complicado" su aplicación medicinal porque "no se sabe lo suficiente sobre los compuestos químicos" de los dragones.
Por su parte, el experto Allan afirma que si realmente "hay una demanda para su uso medicinal, deberíamos preocuparnos porque esto les puede llevar a la extinción".
Los dragones de Komodo son una especie única. No existen en ninguna otra parte del mundo. Estos lagartos se caracterizan por ingerir en cada una de sus comidas más del 50% de su peso.
Además, pueden llegar a crecer hasta los 3 metros. Tienen un gran sentido del olfato y llegan a detectar la comida a unos 10 kilómetros de distancia.
La UNESCO afirma que en la isla viven más de 5 mil ejemplares en libertad, y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza los considera una "especie vulnerable".
LACP