“Ves a un perrito en malas condiciones y no te lo preguntas, solo decides ayudarlo”

MUJERES QUE LUCHAN

Elena Chavela es protectora animal independiente que incide en temas estratégicos que abonan al bienestar animal en Hidalgo

Elena Chavela, protectora animal independiente en Hidalgo. (Cortesía)
Melisa Agüero
Pachuca /

Ojalá solo fuera un perro, dos o tres. Ojalá que instalar un refugio o santuario salvara a todas esas vidas que se encuentran en abandono en calles o casas. Ojalá que reportar el maltrato animal fuese acción suficiente para cambiar el paradigma; sin políticas públicas integrales, ¿cómo podría ser ésta la solución a una problemática social en la que convergen derechos, bienestar y hasta impacto ambiental?

Solo tres municipios en Hidalgo cuentan con su propio reglamento de protección animal: Pachuca, Tulancingo y Mineral de la Reforma. Los 81 ayuntamientos restantes deben regirse por la Ley de Protección y Trato Digno para los Animales, publicada en 2006, o bien, por el Código Penal, que desde 2016 tiene tipificado el delito de maltrato animal.

A pesar de todas las leyes vigentes en el estado, el desconocimiento de las autoridades, así como las pocas políticas públicas para procurar el bienestar animal, han hecho que el panorama para los no humanos haya cambiado casi nada, y ante ello, las iniciativas de ley para subir las penas a quien incurra en actos de crueldad terminan por convertirse en una bandera política, puesto que el primer obstáculo al que se enfrenta la ciudadanía es llegar siquiera a levantar una denuncia por maltrato animal, que en muchos casos se quedan en un estatus de “incorporación de carpeta”, lo que hace que pocas lleguen a recibir una pena.


Aquí entra un ejército invisible de ciudadanos que ayuda a cambiar la vida de aquellos que no tienen voz: los protectores animales independientes, activistas que por vocación y sin el respaldo de una organización civil han logrado visibilizar la causa que sostienen con sus propios ingresos y sin apoyos gubernamentales de ningún tipo.

“Híjole, ¿cómo le he hecho? Pues como Dios me ha dado a entender. Creo que no hay fórmula, solo ves un perrito en malas condiciones, enfermo, atropellado o que necesita ayuda de algún modo y simplemente no te lo preguntas, solo decides ayudarlo, y vas viendo sobre la marcha lo que se va necesitando”, cuenta Elena Chavela, protectora independiente de Hidalgo, quien reconoce que ha recibido apoyo de personas y organizaciones en casos específicos, aunque gran parte de los gastos que conlleva un rescate los absorbe por sí sola.


Hacer comunidad animalista

Elena sabe que hacer comunidad es la respuesta, y aunque no le ha sido nada fácil, logró concretar un equipo interdisciplinario para llevar a cabo una campaña de esterilización canina en la Central de Abastos de Pachuca, donde a pesar de la negativa de algunos administrativos del lugar, pudo intervenir a cerca de 20 perros, y con ello, evitar el ciclo de abandono y maltrato al que habían sido relegados, donde nadie los procura, pues sobreviven de los desperdicios orgánicos que se generan.

“No sé si llamarle antecedentes, pero para mí eran casos que casi nadie volteaba a ver. Después de tantas visitas a la Central de Abastos y ver muchos perritos en condición de calle, alimentándose de la basura –y que me dicen que otra vez está igual–, pues había que hacer que se visibilizaran, y entonces decidí convocar y pedir ayuda a mis compañeros rescatistas para realizar una campaña de esterilización exclusivamente para los perritos de la Central, que siempre están ahí, que nadie ve, pero que necesitan ayuda”.

También ha gestionado campañas gratuitas de esterilización para el Pueblo Mágico de Mineral del Chico, de donde es originaria, y a últimas fechas –desde 2018– ha gestionado la adopción de los perros que llegan al Centro Metropolitano de Control Canino ubicado en Mineral de la Reforma, espacio donde entre protectores y personal se encargan de que los perros que se recolectan en la calle tengan una segunda oportunidad, además de alcanzar una tasa cero de sacrificios, ya que los únicos sometidos a este método con barbitúricos han sido aquellos con alguna enfermedad grave.



Afortunadamente esta administración que salió de Mineral de la Reforma, hablando únicamente de este municipio, optó por las adopciones responsables, y si ya para mí es un paso el que no sacrifiquen, ¿por qué no apoyar y hacer que esos perritos sean conocidos por la gente y que se empiecen a involucrar? Así fue como decidí ayudar en estos dos casos”, dice Elena, quien recuerda con tristeza las veces que entró a la perrera en otras épocas, jurando no volver por las condiciones infrahumanas en las que se encontraban los animales, sin alimento, entre sus propias heces, esperando su muerte; ahora han logrado el donativo de camas para los perros que ya llevan meses esperando una segunda oportunidad.

Pero al final el ciclo se repite porque no se ha cumplido con la estrategia integral que ya se plasma en la Ley de Protección y Trato Digno para los Animales del Estado de Hidalgo desde 2006, en la que deben involucrarse desde autoridades de la Secretaría de Educación Pública para generar consciencia, hasta áreas técnicas en municipios y ministerios públicos para atender reportes y denuncias por maltrato animal.

Lo que más me desalienta es el exceso de abandono, maltrato, inconsciencia, ignorancia e irresponsabilidad. Ahorita los casos nos sobrepasan terriblemente y obviamente no hay dinero que alcance para eso, por como estamos viviendo estos tiempos. Yo por ejemplo no tengo trabajo, aparte no hay adopciones; en vez de haber adopciones, hay más abandonos, entonces es súper complicado seguir con esto”, dice con desasosiego la activista y comunicóloga.


¿Y el papel de las autoridades en la protección animal?

La frustración es uno de los elementos constantes entre los activistas que protegen la vida de los animales, porque la presión social les exige más a ellos que a los gobiernos que por ley deben tratar el tema.

Me siento triste, me siento decepcionada, cansada; hay veces que ya quiero tirar la toalla, quiero tomar un descanso, me quiero alejar un poco de todo esto y espero que, por lo menos, las cosas en Control Canino, aunque cambien de administración, sigan bien.

Pido leyes justas, leyes que se cumplan, gente capacitada para que esas leyes se hagan valer. Creo que hay que empezar por ahí, trabajando de la mano con las autoridades, que hasta ahorita han brillado por su ausencia y que solo nos dan atole con el dedo por un voto y que a final de cuentas no se cumple. Creo que solo trabajando en conjunto se irá eliminando todo este ciclo de maltrato. El Gobierno debe involucrarse, porque no creo que ellos puedan hacerlo solos y nosotros tampoco”.

¿Qué lección deja todo esto?

“Me deja valorar cualquier tipo de vida, de cualquier ser vivo. Todos merecen una segunda oportunidad, todos merecen tener una vida digna y crecer rodeados de amor y cuidados. También me deja que es más lo que ellos me pueden dar a mí que lo que yo les puedo dar a ellos, porque ellos me enseñan que, a pesar del maltrato, siempre tienen amor”.

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