Un hombre argentino con 26 años de casado y dos hijos se divorció de su esposa porque ya no se entendían, pero después de un par de años su vida cambió completamente al mudarse de casa.
Cuando se cambió de hogar, Marcelo conoció a su vecino Pela, el cual comenzó siendo su amigo y más tarde se enamoró de él. Una noche cuando salieron a cenar le confesó un secreto.
Pela le dijo a Marcelo que estaba enamorado de él, a lo que fue correspondido y comenzaron una relación, pero lo mantenían oculto, pues Marcelo estaba pasando por el proceso de divorcio y sus hijos no sabían nada de la relación entre ellos.
Un año después desde que Marcelo y Pela se veían, su hija lo visitó y descubrió que salía con su mejor amigo después de ver mensajes en la computadora.
El hombre tuvo que explicar a su hija que muchas cosas habían cambiado después de la separación con su madre, le confesó que se había dado la oportunidad de volverse a enamorar y que lo que hacía con su vida privada no tenía por qué afectarle a ella.
En la conversación que mantuvo Marcelo con su hija también aprovecho para hablar con su otro hijo y decirle que tenía una relación con otro hombre, esperando a que lo pudiera entender.
Al final los hijos comprendieron y aceptaron la relación que ambos hombres mantenían. Ambos emprendieron un negocio, rentaron oficinas y contrataron empleados, sin embargo, seguían manteniendo su vínculo en privado.
Sin embargo, un infarto fulminante terminó con la vida de Pela. Marcelo llegó 17 minutos al negocio y ya estaban ahí la policía y las ambulancias pero nada pudo salvarlo.
Luego de un año, Marcelo pudo conocer a otra persona que compartía una historia similar a la de él, y la dificultad que tuvieron al salir del clóset, por lo que luego de un tiempo se hicieron pareja, y actualmente están juntos.
LG