Patricia Aguilar, una chica española que desapareció el año pasado y huyó a Perú tras ser captada por una secta llamada Gnosis, fue hallada por su padre, Alberto Aguilar, después de más de un año de búsqueda.
La chica de Elche, una ciudad de la provincia de Alicante, fue captada por Félix Steven Manrique, líder de una secta de la corriente Gnosis, y fue encontrada en Perú, donde las autoridades han procedido a la detención de Manrique, según han confirmado fuentes de El Mundo cercanas a la familia.
Se sospecha que la joven empezó a ser captada a través de internet cuando todavía era menor de edad, aunque esperó a cumplir 18 años para huir de casa, lo que complicó su búsqueda.
Tras ser localizada en Perú, ella misma difundió varios videos asegurando que no estaba siendo coaccionada, aunque su familia nunca desistió en la búsqueda ni creyó que se encontrara allí de forma voluntaria y plenamente consciente.
En julio del pasado año, Patricia aseguró a través de unas entrevistas que estaba trabajando para la ONG Acoracom, cuyo jefe era precisamente Félix Steven Manrique, una organización que —según pudieron comprobar sus familiares— no tenía ninguna actividad real ni una sede física.
También tuvieron constancia de que el supuesto gurú convivía con ella, con otras mujeres y con varios menores en un departamento de Lima y recabaron testimonios de vecinos que alertaban de malos tratos, gritos y problemas de convivencia. Sin embargo, a partir de ese momento el grupo se esfumó y perdieron totalmente su pista.
Mientras, en España llevaban a cabo una cruzada judicial contra Manrique e intentaban que la Policía, a través de Interpol, mantuviera viva la búsqueda de la joven. "Nos dimos cuenta de que a Perú llegaba poca o ninguna información, ni siquiera sabían allí que había otra denuncia similar por la presunta captación de otra chica de Bilbao", explica Noelia Bru, prima de la madre de Patricia y una de las personas que más activamente ha participado en la búsqueda.
Fue entonces cuando se movilizaron y consiguieron reunir dinero a través de varias colectas para enviar a Alberto Aguilar a Perú, con el objetivo de concienciar a las autoridades del país. Los esfuerzos dieron su fruto y tras varias apariciones en medios de comunicación, se generó un revuelo social que acabó llegando a la Fiscalía de Trata de Personas, que solicitó la incoación de diligencias.
Hace 15 días se desarrolló un operativo —"con muchas carencias, aunque con la colaboración de dos buenos agentes a los que el propio Alberto tuvo que conducir en su vehículo particular", apunta Noelia Bru— que acabó con la detención de Félix Steven Manrique en una casa de campo a diez horas de la capital peruana, en una zona "complicada" por ser terreno de narcotraficantes.
Cuando las autoridades procedieron al arresto encontraron a Manrique "meditando" en el interior de la vivienda y a dos mujeres (una de ellas, su esposa "oficial" y embarazada) con evidentes signos de violencia y realizando trabajos en el exterior.
A 40 minutos de distancia de esa casa, los agentes hallaron a Patricia en otra casa en la selva de San Martín de Pangoa, completamente sola y al cuidado de cuatro menores (hijos de las otras dos mujeres), que estaban sin alfabetizar y desnutridos.
El Ministerio de la Mujer se ha hecho cargo de ellos, al encontrarlos en una situación de abandono. También localizaron junto a ella a un bebé de tan solo un mes de edad, que ha resultado ser hija de la joven española y de su captor.
A pesar de que el padre de Patricia no ha podido todavía verla ni hablar con ella, los familiares están más tranquilos sabiendo que ha sido rescatada y esperan ahora que pueda salir cuanto antes del país y volver a España "aunque no quiera tener relación con nosotros". Es una posibilidad a la que son conscientes de que se enfrentan, ya que como víctimas de una secta, las víctimas están ahora defendiendo al hombre que las retuvo y justificando sus hechos.
De forma paralela, los familiares van a continuar peleando en los tribunales para demostrar la conexión entre Félix Steven Manrique y la cuenta de Facebook a través de la cual fue captada Patricia y otras víctimas, cuando eran todavía menores de edad. El objetivo es demostrar que este hombre ha anulado a sus víctimas y les ha arrebatado la dignidad, manteniéndolas en un estado de servidumbre.
ALEC