Así luce la gigantesca 'isla' de piedra pómez que flota en el océano Pacífico

Esta 'isla' se desplaza hacia la barrera de coral australiana, lo que no representa un problema, al contrario: debido a que contiene una gran cantidad de vida marina, puede beneficiar al arrecife.

Algunas embarcaciones han captado cómo luce este fenómeno marino. (Captura)
Ciudad de México /

El mar nunca deja de dar sorpresas. Además de los extraordinarios animales que ahí residen y constantemente causan asombro entre la gente, este ecosistema también es capaz de presentar fenómenos que a primera vista resultan inexplicables. Tal es el caso de la gigantesca ‘isla’ de piedra pómez que flota en el océano Pacífico.

Esta masa a la deriva tiene un tamaño aproximado de 150 kilómetros cuadrados y fue observada por primera vez en agosto del 2019 a través de un observatorio de la NASA. Dicha institución explicó que esta formación de roca flotante se originó tras la erupción de un volcán submarino cercano al Reino de Tonga.

​“Los vulcanólogos del Programa Global de Vulcanismo (GVP, por sus siglas en inglés) del Smithsonian creen que la evidencia apunta a un volcán submarino sin nombre cerca de Tonga, a 18,325° sur, 174,365°  oeste. El último informe de una erupción en el sitio ocurrió en 2001 y se cree que la cima del monte submarino se encuentra a unos 40 metros por debajo de la línea de flotación”, señaló la NASA en un comunicado.


"Muchos de los volcanes del mundo están cubiertos por las aguas de los océanos. Cuando hacen erupción, pueden decolorar la superficie del océano con gases y escombros. También pueden arrojar masas de lava que son más ligeras que el agua. Estas rocas pómez están llenas de agujeros y cavidades, y flotan fácilmente", agregó la institución.

Destaca que esta 'isla' se desplaza hacia la barrera de coral australiana, lo que no representa un problema, al contrario: debido a que contiene una gran cantidad de vida marina, puede beneficiar al arrecife.

“Las balsas de piedra pómez pueden flotar durante semanas o años, dispersándose lentamente en las corrientes oceánicas. Estos trozos terminan siendo excelentes hogares a la deriva para los organismos marinos, ayudándolos a propagarse", añadió el vulcanólogo Erik Klemetti.


​yhc

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