Carlos Duarte se encontraba desempleado desde hacía cuatro meses, con una situación económica "complicada" que le impedía siquiera imprimir un currículum para buscar trabajo. Pero a pesar de todas las dificultades, el joven argentino de 21 años comenzará a trabajar este jueves en una fábrica de vidrios.
La historia de Carlos comenzó la semana pasada, cuando fue a buscar trabajo a un negocio ubicado en Córdoba, Argentina. Ahí lo recibió Eugenia López, una empleada del local, quien le informó que por el momento no había plazas vacantes, pero que podía dejar su CV.
Sin embargo, con algo de pena, Carlos se disculpó con la mujer y le informó que, debido a su situación económica, no contaba con dinero para imprimir su currículum. "No te preocupes, toma asiento en esa mesa que están mis cosas y escríbelo, te doy una hoja", le dijo Eugenia, movida por la sinceridad del joven.
Tras elaborar su CV —en el que escribió "lava copas", "mozo" y "albañil" como parte de sus "experiencias"—, Carlos se lo entregó a Eugenia, quien lo compartió en Facebook para ayudarle a conseguir trabajo. "Qué importa que no tenía para imprimir si lo que lo que quiere y lo que necesita es trabajar", escribió la mujer junto a la foto del documento. Pasadas unas horas, el caso ya se había hecho viral.
La historia de Carlos llamó la atención no sólo en redes sociales, sino también entre medios nacionales, que le dieron seguimiento a su situación laboral.
"Yo le di el currículum a Eugenia y ella lo publicó en las redes sociales. Es ahora mi ángel", dijo a Todo Noticias el joven, que ayer finalmente consiguió trabajo en una vidriería.
"Me llamaron de la Municipalidad y me ayudaron a conseguir un trabajo. Ellos me contactaron con una fábrica de vidrios", dijo a Telefé. "Mi abuela Margarita me prestó plata para viajar en colectivo. Ahora tengo que devolver todo lo que me ayudaron".
Ahora que ya tiene un empleo, Carlos se encuentra feliz y deja de lado la pena que sintió al entregar un currículum a mano.
"Sé que no es muy presentable y un poco de vergüenza sentía, pero no era la primera vez que lo hacía", dijo al Clarín.
"Lo que más le agradezco a Euge —agregó el joven— es que no me rechazó cuando ya venía de muchas, que me escuchó y me recibió la hoja del cuadernito que le entregué con mucha vergüenza".
Carlos consiguió trabajo cuatro días después de entregar su CV a Eugenia, gracias en gran parte a que su historia se hizo viral y a que la Municipalidad de Córdoba se interesó en su caso y lo ayudó a contactarse con la fábrica de vidrios, donde empezará a laborar este jueves.
"La vida es durísima, más para los jóvenes de mi edad, que no saben qué hacer y tienen pocos estímulos", dijo Carlos al Clarín. "Pero laburar, tener un mango en el bolsillo te sacude, te fortalece, te reconcilia con la vida... Yo venía de cuatro meses buscando y me mataba el rechazo, que además, a veces era agresivo. Pero no aflojé".
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