En días recientes, el planeta Marte ha estado en el centro de la atención de los científicos y del público en general, ya sea por el fulgor con que ha brillado en estas noches, o por los asombrosos descubrimientos que en él han tenido lugar. Pero nadie podría sospechar que la NASA encontraría al muppet Beaker —Beto, en español— en suelo marciano.
Desde luego, nada de esto es científico ni ha sido confirmado por la agencia espacial, y son los usuarios de internet quienes han compartido el sorprendente hallazgo.
Todo empezó con un tuit de la NASA desde la cuenta de HIRISE, que son las siglas de High Resolution Imaging Science Experiment, la cual según la agencia espacial es la cámara más poderosa que haya sido enviada a otro planeta, y es uno de los seis instrumentos de alta tecnología que se hallan a bordo de la sonda espacial Mars Reconnaissance Orbiter (MRO).
En el tuit, la HIRISE compartió la imagen del suelo en el polo sur marciano, añadiendo que incluso a pesar de la tormenta de polvo que durante semanas ha azotado al planeta rojo, lograron obtener buenas fotografías. Pon atención en la imagen de la derecha.
¡Así es! Con un poco de imaginación, en la porción media de la derecha se ven tres círculos enmedio de una formación que podría interpretarse como la cabeza del asistente del laboratorio de los Muppets, conocido como Beaker o Beto en español, que es recordado por su peculiar forma de comunicarse —porque queda claro que no puede hablar.
Hay que aclarar que esta formación no es la obra intencional de una inteligencia superior, y que el parecido que detectamos con la cara del simpático personaje creado por Jim Henson es, más bien, un truco de percepción que tiene lugar en el cerebro humano.
En psicología, dicho fenómeno se conoce como pareidolia, que sucede cuando un estímulo vago y aleatorio —por lo regular una imagen, aunque también puede ser un sonido— es percibido erróneamente por el cerebro como una forma reconocible: en este caso, un rostro.
Un fenómeno similar sucede cuando vemos rostros amenazantes en la oscuridad de nuestro cuarto, cuando creemos ver animales o formas en las nubes, o incluso cuando oímos una canción en una lengua extranjera e interpretamos la letra como frases sin sentido en nuestro lenguaje.
Esto sucede con cierta frecuencia en la observación astronómica: sólo hay que recordar al 'conejo en la Luna', al famoso 'rostro en Marte' —mira si lo encuentras en la imagen de arriba— o la nebulosa conocida como el 'ojo de Dios'.
En otras palabras, no hay que confiar mucho en nuestros sentidos ni en nuestro cerebro, pues con frecuencia ven —o escuchan— no lo que hay, sino lo que quieren ver o escuchar.
FM