¡Un suceso inexplicable! La leyenda del soldado filipino 'transportado' a México

El clérigo Fray Gaspar de San Agustín registró esta situación, así lo señala el libro 'Sucesos de las islas Filipinas', del historiador y abogado Antonio de Morga.

Representación gráfica del soldado. (Especial)
Ciudad de México /

En México las situaciones misteriosas abundan, por ejemplo está el caso del científico Jacobo Grinberg, quien desapareció en 1994 sin dejar rastro, o lo que le ocurrió a Rebeca Méndez, la mujer que inspiró la popular canción En el muelle de San Blas, de Maná.

Estas historias son contemporáneas, pero si se busca en el pasado también es posible hallar casos raros, como lo que ocurrió en 1593 con un soldado que aseguró haber  sido transportado de forma inexplicable desde Filipinas a la Ciudad de México.

La noche del 24 de octubre de 1593, el soldado español Gil Pérez - así lo nombró Thomas Allibone Janvier, un experto en folclore, para un artículo de la revista Harper's Magazine - estaba haciendo guardia en Manila, en el palacio del gobernador, cuando decidió tomarse un descanso y cerró los ojos. Al abrirlos, se encontró en un lugar muy distinto: la capital de la Nueva España.

El soldado, al llevar un uniforme diferente, fue interrogado por guardias al servicio del virrey, quienes, incrédulos a lo que les contó, lo trataron como un desertor de la Capitanía General de las Filipinas. Pero un elemento fue clave para que la historia del soldado a la fecha siga generando dudas: él dio la noticia de que el gobernador de su territorio, Gómez Pérez Dasmariñas, había sido asesinado por unos piratas chinos.

Y esto fue confirmado meses después por los pasajeros de un barco.

Destaca que uno de los historiadores más prominentes de esa época, Antonio de Morga, registró en su libro más famoso, Sucesos de las islas Filipinas (1609), que en Nueva España se enteraron del asesinato de Dasmariñas en muy poco tiempo, cuando en ese entonces las noticias tardaban meses en llegar: “Al mismo tiempo (en la plaza de México) que no se pudo averiguar de dónde había salido la nueva. La cual se supo con tanta brevedad en España (por la vía de la India) pasando las cartas por la Persia a Venecia, que luego se trató de proveer nuevo gobernador”.

Además, el clérigo Fray Gaspar de San Agustín también registró esta situación, así lo señala un apartado del libro de Morga:

“El P. Gaspar de S. Agustín, mencionando el mismo hecho, añade: ‘la cual señal vi yo’, y más abajo nos cuenta que un soldado fue transportado por las brujas, de Manila á México, por lo que se llegó a saber allá el hecho aquel mismo día. El soldado fue después remitido a Manila por la Santa Inquisición, según se lo contaron los que aseguraban haberle conocido. Morga, acaso por no dar crédito á tales hechos, no sólo no los menciona, sino que dice terminantemente más adelante (p. 37), que no se supo la nueva hasta que vino D. Juan de Yelasco por el mes de noviembre de 1594, esto es, 13 meses después. Estas cosas no son de extrañar porque, a juzgar por los libros escritos entonces, sucedían muchos milagros por aquella época; las cosas más sencillas se reputaban por maravillosas, siendo lo maravilloso más creíble que lo natural, tratándose sobre todo de las cosas de la fe”.


yh

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