Dos espectros de monjes, que tienen origen desde la mitad del Siglo XIX, época en la cual se ordenó la demolición del Convento de San Pedro Alcántara en Guanajuato capital, recorren un tramo de la calle subterránea y la parte trasera del conocido Teatro Juárez. Entre la oscuridad de la calle se pueden escuchar oraciones musitadas emitidas por los monjes que no encuentran su descanso eterno.
Esto se debe a que durante esos tiempos el ex jefe político de la Administración Pública, Encarnación Serrano, compró el convento y mandó a hacer el edificio del Hotel Emporio, por lo que la población se mostró molesta y maldijo al dueño al conocer el destino que iba a tener el convento, en tanto algunos de los monjes dieguinos que habitaban el lugar morían de enfermedades inexplicables.
Las tragedias entorno al convento siguieron, al tratar de demoler una de las torres, seis albañiles murieron en un fatal accidente, y cuando ya estaba en funciones el hotel, los huéspedes se enfermaban de manera extraña.
Tiempo después el hotel quedó en la ruina y el gobernador Florencio Antillón mandó pedir que se construyera lo que al día de hoy es el Teatro Juárez, pero desde entonces se aparecen dos de los monjes, que murieron antes de que se derribara el convento, en la calle subterránea.
Cada año, el 4 de octubre en las noches, se aparece una procesión de monjes dieguinos deambulando por el Jardín de la Unión, alrededor de las 3 o 4 de la mañana, así que si quieres vivir esta escalofriante experiencia, es tu decisión esperarlos si es que estás de visita en la Capital para esta fecha.