Después de las ocho de la noche por los rumbos de la carretera de Río Bravo, dos jovencitas piden un aventón a los viajeros que transitan por la zona para volver a su casa. Este relato forma parte de las leyendas de Tamaulipas que cuenta la población.
La historia data de 1995, cuando por los rumbos del municipio de Río Bravo, vivían dos jovencitas alegres y divertidas.
Una de ellas tenía un novio medio acelerado que gustaba del alcohol, por lo que los padres no veían bien esa relación, pues veían un futuro incierto para su hija.
En una ocasión el novio invitó a la chica a salir pero los padres le negaron el permiso a la jovencita. Sin embargo, ella le dijo a su pareja que la esperara, que sí saldrían.
Así que le contó a su hermana que saldría con su novio a pesar de la negativa de sus padres, su hermana insistió en que no lo hiciera, sin embargo ya había tomado su decisión.
Para no permitir que su hermana se fuera sola con el novio, decidió acompañarla y ambas se escaparon por la ventana de la vivienda.
Así se fueron a divertir, a beber y ya entrada la madrugada decidieron regresar a casa para que sus papás no se fueran a enterar.
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La tragedia en “El Culebrón”
Sin embargo, cuando venían de regreso al llegar al tramo conocido como “El Culebrón”, por el exceso de velocidad y la falta de reflejos por el consumo de alcohol, el novio no pudo esquivar un trailer y fue impactado.
El joven salió volando por el parabrisas al no traer el cinturón de seguridad, su novia quedó prensada entre los fierros y la hermana acompañante quedó inconsciente en el asiento trasero del coche.
El trailero, que salió ileso con su armatoste, llamó a la Cruz Roja y al lugar llegaron los paramédicos. Al novio inconsciente se lo llevaron al hospital, la novia lamentablemente falleció en el lugar prensada y la hermana falleció después, dejándoles destrozado el corazón a sus padres.
Tiempo después por la zona del accidente se empezaron a aparecer dos jovencitas pidiendo un aventón a los jóvenes al volante.
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Unos jóvenes las subieron y llevaron hasta su casa
Cuentan que en una ocasión dos jóvenes transitaban por el lugar al ver a las jovencitas de inmediato frenaron y les dieron el aventón, en el camino hicieron planes para salir a divertirse al día siguiente.
Llegaron al ejido donde vivían, les describieron su casa y se fueron caminando a la casa, los jóvenes insistían en llevarlas a la puerta de su hogar, pero ellas preferían caminar para evitar que sus padres se fueran a molestar por llegar con desconocidos.
Por lo que los muchachos se fueron pero al día siguiente regresaron listos para irse de reventón con las chicas: llegaron a la casa, tocaron y preguntaron por ellas.
Un hombre entrado en años les abrió y les preguntó qué querían, en respuesta los dos jóvenes dijeron que habían quedado con las jovencitas de pasar por ellas para ir a bailar.
El hombre que era el papá de las chicas, los miró fijamente y luego les contó que tenía dos hijas, pero habían fallecido en un accidente automovilístico después de ir a divertirse.
Los jóvenes no salían de su asombro, pues horas antes las habían traído en su carro, así que dieron la vuelta y se fueron a toda prisa del lugar, espantados.
Mientras que por los rumbos de Río Bravo siguen apareciendo las dos jovencitas, después de las ocho de la noche, pidiendo aventón a los conductores para llegar a su casa. Esta es otra de las leyendas de Tamaulipas que la población cuenta.