Bajo la ciudad de Los Ángeles se encuentra una amplia red de túneles secretos cubiertos de tubería oxidada y arte callejero. Lejos de todos los lugares turísticos se esconden historias y misterios que han llegado hasta nuestros días gracias a quienes se atrevieron a explorar.
Los túneles de Los Ángeles tuvieron diversos fines: durante el siglo pasado fueron utilizados para resolver los problemas de tráfico de la superficie, traslado de valores entre bancos, y en una época más oscura, para albergar bares clandestinos durante la Ley Seca de Estados Unidos que duró más de una década.
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Sin embargo, muchos de los túneles no se mapearon y su ubicación quedó en el olvido. Gracias a la exploración urbana es que algunos se han redescubierto y usado para el ocio del público.
Oficialmente, no se permite entrar a los túneles. Pero existen grupos de personas que se reúnen para explorarlos y recorrer las huellas de su pasado bajo su propio riesgo.
Corrían los años de la prohibición del alcohol (1920-1933) y Los Ángeles era conocida como una de las ciudades más corruptas del país. Bajo la tierra se escondían 400 bares clandestinos que sobrevivieron con el soborno a las autoridades y el secreto a voces del público.
Los invitados debían jurar que nunca revelarían la ubicación de los bares clandestinos. A la fecha todavía hay túneles conectados a locales que en el pasado estuvieron en el negocio del alcohol.
Uno de los lugares más famosos fue el King Eddy Saloon, que en el exterior funcionaba como un negocio de pianos, pero al mismo tiempo era uno de los bares preferidos por la misma policía.
Se sabe que la extensa red de túneles también fue usada por la policía para transportar prisioneros y por la mafia, para ocultar a sus víctimas. Hoy, gran parte de la red está cerrada, guardando celosamente los secretos de su pasado.
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evr