Es muy común que los hombres se hagan invisibles o que se deslinden de la paternidad. Se ha normalizado que ellos decidan no hacerse cargo de sus hijos y que contarrio, las mujeres estén 24/7 para ellos. Sin embargo, cuando una mujer renuncia a su maternidad, el mundo pierde la cabeza, así lo dejó claro María al narrar lo que sucedió al hacerlo y los fuertes ataques que recibió en su contra.
El caso de María Housden de 59 años se hizo visible, luego de que The Sun difundiera un poco de su historia de vida con respecto a su maternidad.
“La gente me juzga, pero si fuera un hombre, a nadie le importaría”, dijo María Housden al medio citado.
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En dicho medio narró cómo renunció a la custodia de sus hijos cuando se divorció de su pareja. Reveló que en un inicio, cuando aún no era mamá, tenía el ferviente deseo de tener hijos. Se casó y tuvo hijos. Era una ama de casa que se dedicaba a la familia.
“Desde que era una niña, lo primero y más importante que quería hacer era convertirme en madre”, contó.
Sin embargo, todo cambio cuando una de sus hijas se enfermó de cáncer y murió. Fue ese quiebre que logró que su matrimonio se viniera abajo.
“La muerte de nuestra hija Hannah fue un momento crucial para mí. Siempre había creído que si eras una buena persona, no te pasarían cosas malas, pero cuando murió Hannah me obligué a hacer preguntas que nunca antes había considerado sobre el rumbo de mi vida.
Al principio, el duelo era un proceso que lo consumía todo, pero eventualmente me envió a una dirección más realista en mi propia vida”, contó María Housden.
Como era de esperarse, el clásico dilema surgió a la luz: cómo se harían cargo de los tres hijos restantes. Según su testimonio, ella prefirió que su esposo se quedara con ellos, pues era más estable económicamente.
“Había sido ama de casa durante 11 años. No tenía idea de cómo iba a mantenerme y mucho menos a mis hijos como madre soltera. En realidad, fue mi esposo quien sugirió el arreglo que terminamos haciendo, él tenía un trabajo e ingresos estables y sugirió que él sería el padre que tomaría la custodia principal”.
Ante la decisión, las críticas en su contra fueron fuertes y machistas. Recibió severos ataques.
“Hice lo que se espera que haga todo padre divorciado y que no lo acusen de abandonar a sus hijos. Cuando nos divorciamos, mi hijo tenía 11 años y en ese momento era lo suficientemente mayor como para ser parte de la decisión y decidió quedarse con su padre por todo tipo de buenas razones.
La parte más dolorosa de la experiencia para nuestros hijos fue la reacción de otros padres que estaban juzgando la situación desde su punto de vista”, indicó la mujer.
En este sentido, la mujer externó que si ella hubiera sido hombre y hubiera renunciado a sus hijos nadie la hubiera agredido:
“Nunca esperé que todos estuvieran de acuerdo con la decisión, pero no esperaba la reacción extrema. Hice lo que se espera que haga todo padre divorciado y que no lo acusen de abandonar a sus hijos.
Si mi nombre fuera Mark en lugar de María, entonces no estaríamos teniendo esta conversación”, aclaró.
Desde aquella decisión han pasado 24 años y María mantiene una excelente relación con sus hijos. Todos saben que en ese momento fue la mejor decisión. Además que siempre estuvo en contacto con ellos.
grb