El sueño de la mayoría de las mujeres es ser madre, pero no siempre es lo que se idealiza, siendo el caso de una mujer que siempre había deseado tener un bebé con su pareja, sin embargo, terminó con él y le preocupaba no conocer a nadie más, por eso, buscó quedar embarazada por su propia cuenta y cuando su ilusión se hizo realidad, "fue una pesadilla".
De acuerdo al diario Daily Mail, la mujer cuándo tenía 35 años terminó su relación y al pensar que no conocería a nadie más, "a los 36 años congelé mis óvulos; a los 40 años, todavía soltera, traté de concebir por mi cuenta con esperma donante".
Pero cuándo menos lo esperaba, conoció a alguien, lo intentó pero le vino un aborto espontaneo y antes de seguir con la ruta de encontrar un donante de óvulos, a los 44 quedó embarazada "no me atreví a creer mi suerte".
Después del parto, colocaron a su bebé en su pecho pero "no sentí esa oleada de amor de la que hablaba la gente", lo único que sintió fue incredulidad. Cuatro semanas después luchando por recordar ese momento, pensó que el bebé que tanto había querido, le había invertido más de 100 mil dólares, "dejé de contar después de 50 mil dólares, para hacer realidad, no fue asombro. Era resignación, resentimiento, horror y miseria abyecta".
"No hay una sola parte de esto que esté disfrutando", sollocé, después vino a su mente una frase, la cual dice "ten cuidado con lo que deseas", porque primero empezó queriendo un hijo y luego solo quería quedar embarazada, pero como eso parecía cada vez más improbable "no me permití pensar en cómo sería realmente la vida con un bebé".
"Hubo momentos en que pensé que lo odiaba. Aunque realmente odiaba la situación y, más que nada, me odiaba a mí misma. ¿Cómo me odiaba a mí mismo? Permítanme contar las formas. Me odiaba a mí mismo porque había querido esto, así que no tenía a nadie a quien culpar sino a mí".
Con el paso del tiempo, cuando su hijo comenzó a sonreír y luego a reír, empezó a sentir una fuerte alegría en lugar de miseria, "la forma en que su rostro se ilumina cuándo entro a su habitación por la mañana (...) la vida que tenemos hoy es diferente de la que renunciamos".
"No es peor, ya que pensé que estaba en las profundidades de mi miseria; No es mejor, como los evangelistas de crianza quieren hacerte creer. Es simplemente diferente. Y tal vez como madre infértil, con un pie en cada campamento, es inevitable que lo vea de esa manera", concluyó.
LG