Una mujer de Colorado llamada Emily Cain mandó un paquete por correo hacia el Reino Unido en 2019. Todo parecía normal hasta que personal de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza del Aeropuerto de San Francisco lo interceptó y descubrió que contenía tres fetos humanos. Cain recibió cargos federales por la ofensa y fue sentenciada a tres años de libertad condicional esta semana, según registros de la corte.
Cain trabajaba para un negocio comercial con sede en Canon City, Colorado, que promocionaba partes humanas y otras “rarezas”. De acuerdo con las autoridades, ella creía que era legal enviar los fetos ya que la compañía los había obtenido de una universidad.
Fiscales federales dijeron que la mujer y su empleador habían acordado la venta de uno de los fetos por 20 mil dólares y el intercambio de otro por un pie humano momificado. No se compartió información acerca del tercero.
Cain escribió que “jamás volvería a hacer esto de nuevo” en una carta dirigida al Juez de Distrito de los Estados Unidos Charles Breyer, quien dictaría la sentencia.
“Poseía pasión, respeto y dignidad por las piezas con las que lidiaba. Valoré cada pieza porque era una persona individual real, una persona con historia, una familia, sentimientos y una vida que fue significativa”, agregó Cain en la carta. “En retrospectiva, debería haber hecho mi labor e investigar a fondo el protocolo alrededor de ese tipo de comercio. No volverá a pasar.”
Poco antes de ser sentenciada, Cain se declaró culpable por el delito menor de mandar una sustancia venenosa por correo (el formaldehído o metanal, usado para preservar los fetos).
Las autoridades creen que los fetos pertenecían a casos de muerte fetal de 1920 y 1930 que fueron donados a la Creighton University de Omaha, Nebraska y que de alguna manera llegaron al mercado negro.
pmm