Esta pequeña de 6 años, originaria de Inglaterra, tendría una prueba en la escuela, así que para intentar evadirla, ideó un ingenioso plan, pintarse puntitos rojos en todo el cuerpo y hacer creer a sus padres que tenía una enfermedad contagiosa como la varicela.
Su mamá relató lo sucedido en su perfil de Facebook y rápidamente la historia se viralizó, la divertida historia comenzó unos 10 minutos antes de que las “misteriosas” ronchas aparecieran, pues la menor acudió con su mamá para pedirle el marcador rojo.
Una vez que comunicó a sus padres su autodiagnóstico, estos notaron la mentira de su hija de inmediato, sin embargo le dijeron que le creían y que deberían llevarla al médico, en donde probablemente le pondrían alguna inyección, el terror de cualquier niño.
"Mi marido y yo estábamos llorando de risa, tratando de no decir lo que sabíamos", relató su madre a la prensa local.
Así que con pesar, la pequeña reconoció que no era una grave enfermedad y tuvo que presentar la prueba gramatical a la que tanto temía. Sus padres tuvieron que escribir una carta al colegio para explicar que los puntitos rojos no eran contagiosos y que, aunque intentaron, no lograron eliminarlos del cuerpo de su ingeniosa hija.
"Tuvimos que enviarla con una carta para decir que las marcas no eran contagiosas o reales y que no podíamos borrarlas. Usamos gel de baño, jabón, agua caliente, aceite de bebé, toallitas con alcohol. Creo que fue la laca para el cabello la que las eliminó después de cuatro días", explicó su mamá.
LACP