El uso de la inteligencia artificial se ha vuelto cada vez más común en la vida cotidiana de los usuarios. Esta tecnología revolucionaria ha encontrado aplicaciones en una amplia variedad de campos.
Su presencia también se ha extendido al ámbito escolar. Si bien la inteligencia artificial puede ser una herramienta beneficiosa para los estudiantes, su uso inapropiado plantea desafíos y dilemas éticos, especialmente en el contexto de los exámenes.
Algunos estudiantes han encontrado formas de aprovechar la tecnología para obtener respuestas rápidas y precisas, un ejemplo claro de esto es el uso de chatbots o programas de reconocimiento de texto durante los exámenes.
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Un profesor detectó el uso de ChatGPT en varios exámenes
En un caso reciente en la Universidad de Costa Rica (UCR), dieciocho estudiantes reprobaron un examen después de que su profesor, Melvin Campos Ocampo, descubriera que habían utilizado ChatGPT para responder preguntas de desarrollo en un curso de Humanidades integrado que forma parte del primer año de ingreso a la institución.
El profesor Campos compartió esta información a través de un mensaje en su cuenta personal de Facebook, en el cual expresó su reflexión sobre el uso de la inteligencia artificial y mencionó que, junto con otros profesores, habían decidido prohibir su utilización en el curso.
En el mensaje, Campos admitió sentir un "enojo apocalíptico" ante la situación, pero considerando que se trataba de estudiantes adolescentes en su primer año de universidad y que era su primera infracción, decidió no iniciar un proceso disciplinario formal.
En su lugar, optó por asignarles una calificación de cero en la evaluación correspondiente.
Uso más varias herramientas para detectar la IA en los exámenes
El académico, Melvin Campos Ocampo, explicó en un mensaje que prohíbe el uso de la inteligencia artificial en su curso debido a que considera que constituye un fraude académico.
Según Campos, utilizar la inteligencia artificial implica intentar hacer pasar como propio un texto que no fue escrito por el estudiante, sino por una entidad externa, como una Inteligencia Artificial.
Además, mencionó que esto representa un intento de engañar al docente, ya que el estudiante no está elaborando su propia evaluación ni demostrando su aprendizaje real.
Campos reveló que utilizó cinco herramientas para detectar el uso de ChatGPT, una de las cuales es proporcionada por OpenAI, la misma firma creadora del programa.
También mencionó que empleó Turnitin, una herramienta utilizada por la universidad para el control de fraudes en textos.
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Aclaró que nadie perdió el curso y compartió reflexiones sobre la IA
Ante la reacción generada en redes sociales y las discusiones sobre la calificación otorgada, el académico amplió su mensaje en Facebook, proporcionando las direcciones electrónicas de las herramientas de verificación utilizadas.
Aclaró para el portal CNN que en algunos casos hubo explicaciones que demostraron el conocimiento de los estudiantes, y en esos casos, les restableció la calificación, afirmando que no hubo ninguna injusticia.
Campos afirmó que, tras la calificación, los estudiantes aceptaron el uso de la herramienta y que conversó con ellos sobre la gravedad de la acción, la cual comprendieron.
Ninguno de los estudiantes perdió el curso, y por respeto a su privacidad, Campos no proporcionó los nombres de los estudiantes afectados. Además, está preparando un informe para presentarlo a la Universidad de Costa Rica.
El académico admitió que se sorprendió por el interés generado por su publicación y que, de haberlo previsto, quizás no lo hubiera compartido.
Sin embargo, agregó que es importante sacar a la luz el uso de la inteligencia artificial y reflexionar sobre su buen uso y el papel de las universidades.
A.G.