En un parque de San Francisco se encuentra un antiguo cementerio de mascotas fundado alrededor de los años 50. Se sabe que comenzó como un cementerio para perros guardianes K9 en la Segunda Guerra Mundial. Otros aseguran que en realidad era un cementerio para caballos desde el siglo XIX.
En cualquiera de los casos, el cementerio de mascotas de SF tiene incontables muestras de afecto hacia los animales. Las pequeñas lápidas de madera y piedra tienen inscripciones dedicadas a perros, gatos, pájaros, peces, hámsters y hasta lagartos.
Su ubicación exacta está dentro del Presidio Real de San Francisco, un parque de 607 hectáreas donde se pueden encontrar otras curiosidades, como una fuente dedicada al maestro Yoda.
El lugar cobró relevancia a finales de 2009 cuando una empresa constructora intentó llevar un proyecto a la zona que destruiría el cementerio de mascotas. Los defensores de la comunidad se unieron y frenaron el avance de la obra.
Todavía se pueden ver los restos de la obra inconclusa, y entre la maleza, las pequeñas lápidas y recuerdos de quienes amaron a sus mascotas.
evr