Celebrar los XV años es la ilusión de toda adolescente, pues según las costumbres mexicanas, esta edad representa la metamorfosis de toda chica al pasar de ser vista como una niña para convertirse en una mujer.
Varios elementos son representativos de esta celebración, como el hermoso vestido y zapatillas, los adornos del salón, la misa y lo que nunca puede faltar: el baile de la "Última Muñeca", sin embargo, no todas las familias tienen las posibilidades económicas de costear un gran baile y banquete, aunque esto no opaca la emoción de celebrar los XV años.
Tal fue el caso de la joven Marely Azeneth, quien en el corazón de la colonia Campanario de Monclova vivió con gran ilusión y esplendor su festejo de XV años, donde unos jeans y tenis fueron el atuendo perfecto, así como su pelo suelto a un largo que sobrepasa la cintura, por lo que no necesitó más para protagonizar la conmovedora e improvisada escena.
Plaza Principal de Monclova se viste de gala
Hoy, la plaza Principal de la ciudad se vistió de gala para ser testigo de esta emocionante jornada. Marely lució una sonrisa radiante en su rostro, que refleja la ilusión de sus sueños adolescentes. La música fluyó en el aire mientras madre e hija bailaron el Vals, un momento que trascendió el tiempo y marca el inicio de una nueva etapa en la vida de la joven.
En cada paso, la complicidad entre Marely y su madre, Aleida Cruz, se hace evidente. Aleida, con la mirada llena de orgullo y ternura, acompaña a su hija en este baile simbólico, trazando juntas los recuerdos que perdurarán en el álbum de sus vidas, sosteniendo su "última muñeca".
No necesitaron más testigos que los paseantes y las aves que sobrevolaban la plaza pública, en un acto de amor que trascendió las limitaciones económicas, dejando en claro que la felicidad va más allá de todo estereotipo social.
Nada había sido planeado
"A mi se me ocurrió más que nada porque no teníamos dinero y me dije 'si la vas a pasar aburrida de perdido me salgo a pasear', de quedarme en mi casa, pero mi mamá dijo 'de perdido vamos a la placita', incluso no teníamos en cuenta hacer todo esto", dijo la joven al terminar de bailar el vals.
Pero la emoción por llegar a sus XV años no podía terminar así, ya que un grupo de mujeres que habían presenciado esta escena, decidieron regresar poco después con un hermoso vestido dorado para regalarlo a la festejada, así como una plancha y productos para el cabello, con el único fin de que Marely guarde un hermoso recuerdo de esta etapa.
Ante este noble gesto, la joven respondió con agradecimiento y una enorme sonrisa, mientras que su madre no pudo evitar derramar algunas lagrimas y abrazar a las bienhechoras.
GERR