Faltan dos horas para que el mediodía llegue a Polanco, colonia de la Ciudad de México popular por su alta plusvalía, y las mesas de los locales que circundan el Parque Lincoln ya lucen repletas de clientes que responden al tiempo del almuerzo matinal, que aquí todas las marquesinas anuncian como ‘brunch’.
Jorge Gómez Pimienta es uno de esos comensales: ocupa una silla en el café más popular de la calle Oscar Wilde. Pero en su mano no está uno de los costosos panes que ofrece el menú del sitio, sino un tamal que le compró a un vendedor de paso. Un detalle curioso, pero que engloba su esencia perspicaz; esa que lo hizo destacar hace algunos años en redes sociales bajo el mote de Yorsh.
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Esta reunión matutina tiene como fin conocer qué hay más allá del personaje viral, del que se sabe que popularizó frases como “Saquito trucutrú” y “pedereitor”, además de que fue embajador de marcas como Heineken y Jeep, y le valió a Jorge ser “el primer mexicano en llegar a un millón de seguidores” en las plataformas de internet.
Foto: Alenka Feral
¿Quién está detrás de Yorsh de Polanco?
En primera, un apasionado al deporte que desde niño jugó y compitió en todo lo posible: futbol, tenis, golf, atletismo, veleros, ciclismo de montaña, de ruta. “Toda mi vida el deporte ha sido la columna vertebral, es lo que más me apasiona, en lo que gasto mi tiempo libre”, cuenta.
Este gusto por llevar su cuerpo a diferentes exigencias y experiencias lo situó en uno de los momentos que marcó su vida: el riesgo de muerte mientras veleaba en Valle de Bravo.
“Estuve sumergido como 2 minutos. Siento que crucé el umbral, fue algo muy raro, un sentir de ‘Se acabó’. Todo mundo te habla de que vieron un túnel o una luz, pero pienso que tu cuerpo despide tanta adrenalina que lo que yo vi fueron momentos de mi vida y luego, a lo lejos, un campo verde y gente vestida de negro bajando mi ataúd. Al segundo de esa escena salí y respiré, regresé de una situación real de muerte”, rememora.
Tras esto, el empresario confiesa que no le tiene miedo a dejar el plano terrenal, pero sí a la vejez “por cómo se deteriora el ser humano, empiezas a perder todas tus facultades”.
Pero si hoy se acaba el mundo, Jorge dice que puede irse tranquilo sabiendo que vivió “una vida increíble”: practicó todos los deportes que quiso, fue campeón en varios, estudió en escuelas de prestigio, desarrolló al máximo su carrera en marketing, trabajó en grandes empresas (PepsiCo y Coca Cola Company), triunfó con su propio negocio (Apache Brands), conoció a grandes figuras del deporte, lo patrocinaron marcas de su gusto, se enamoró en numerosas ocasiones y otras tantas le rompieron el corazón, y cuidó con fervor a sus perros. “Nunca me apeteció tener un hijo, era trabajar y tener el dinero para poder hacer las cosas que me apasionaban”, agrega.
Sobre estar del otro lado, “que las marcas me contrataran a mí para ser la estrella de los comerciales”, detalla que fue imagen para New Mix, TV Azteca, Skullcandy y Heineken. Y todo a partir de un video que le envió a una amiga en 2015.
“Fue un video que mandé a una amiga y ella lo mandó a un grupo de amigas. De repente me volví… salía y al menos daba 50 videos al día de gente que me paraba. No quería ser famoso, simplemente mi estilo de vida me hizo tener una personalidad chusca, chistosa, dicharachera, siempre inventando cosas, con mis perros”, dice sobre la grabación que repercutió en redes por la manera coloquial en que describió su atuendo.
Al impacto viral de esa grabación le siguieron otros contenidos similares que en su momento le trajeron a Jorge millones de Me gusta y visualizaciones, pero ahora ve estos aspectos como algo que “genera una dopamina artificial bien peligrosa”.
“Nunca me abrumó”, dice sobre la fama que tuvo en esos años. “Fue un tema muy orgánico, de repente llegaron un millón de seguidores sin planearlo, no lo supe capitalizar más de lo que lo pude haber capitalizado. No tenía experiencia ni nada, y de repente me regalaban ropa, camionetas, me pagaban por comerciales, era embajador de Heineken, me invitaron a desfilar en un Fashion Week con uno de mis perros”.
Pero toda subida tiene una bajada, y para el personaje Yorsh ésta llegó a finales del 2017 también en forma de video: “Venía un día en mi camioneta, una Jeep, por Moliere. Había un retén de policías y yo no traía la tarjeta de circulación, entonces un policía me dijo: ‘Corralón’, yo le digo: ‘No sea malo, déjeme ir’, y me dice: ‘Ponga 2 mil pesos’. Le dije que no y mandó a llamar a la grúa, entonces yo me encabroné de tal manera… Como yo me sentía confiado de que tenía la historia de mi lado, saque un tuit de que me habían extorsionado, pero los policías grabaron al mismo tiempo de una manera que parecía lo contrario. Eso me costó el patrocinio de Jeep porque me grabaron la camioneta, todo un rollo”.
Vendo en retrospectiva todo lo que significó su impacto viral, Gómez Pimienta está orgulloso de que su mensaje “siempre fue promover el deporte, no uses drogas, leve con el alcohol, si tomas no manejes, ten causas”.
Foto: Alenka Feral
Además, ante las críticas que recibió en ese entonces de que era grosero o machista, resalta una doble moral: “Si escuchas las letras que dicen los reguetoneros actualmente… ¡Qué pex! Las cosas que dicen sexuales son demasiado directas. Entonces, que pudieran considerarme grosero… ¡Ve cómo está todo ahorita!”.
También ahonda en haberse convertido en referente de los llamado mirreyes: “Es chistoso porque si me sacaras una radiografía dirías: ‘Es un mirrey: estudió en el Cumbres, Tec de Monterrey, vivió en Polanco, se viste con ropa de marca’. Pero en mi estilo personal nunca lo he sido. Mi voz no me ayuda mucho, es muy fresa, pero soy cero mirrey”.
Ya sin el tamal en las manos y con una lata de Coca Cola vacía, Jorge afirma que no le interesa perdurar, solo vivir el hoy – “disfrutar al máximo, hacer las cosas que me gustan, mis perros, mis viajes” – y ser coherente con las causas que defiende – “una tierra donde se respete y valore la vida de los animales”.
"Hablando de las redes sociales, pienso que puede haber un efecto inverso y que regrese el tema de la privacidad a la gente. No creo que vaya a suceder, pero que la gente diga 'Ya no está in proyectar una vida chingona', y atender su realidad mentalmente", reflexiona.
Antes de volver a casa a unas cuadras de este café, el empresario posa para la cámara de MILENIO y presume que sigue teniendo un estilo “pedereitor” con su playera John Varvatos y unas botas “mamalonas” que se compró en Zara por menos de mil pesos. Aunque han pasado los años, Yorsh se asoma de vez en cuando.
Foto: Alenka Feral
Redes sociales de Yorsh de Polanco
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