Gracias a la aplicación de técnicas agrícolas que Augustine Phiri aprendió en China, el rendimiento de maíz en un campo experimental de su ciudad natal en Malawi aumentó drásticamente este año, pasando de 2.1 toneladas por hectárea en 2023 a 8 toneladas por hectárea, casi cuatro veces el rendimiento anterior.
En 2019, Phiri se embarcó en un programa de estudio de tecnología agrícola de tres años en China como parte del Proyecto Sino-Africano de Ciencia y Tecnología Patio Trasero (STB, por sus siglas en inglés).
Este proyecto reunió a 34 estudiantes africanos de ocho países para mejorar sus conocimientos y habilidades prácticas en agricultura moderna. El proyecto fue lanzado por la Universidad Agrícola de China en la Estación Experimental de Quzhou, en la provincia de Hebei, en el norte de China.
Hasta la fecha, un total de 91 estudiantes internacionales de 12 países africanos han participado en el proyecto.
"El proyecto aborda la brecha entre la teoría y la práctica agrícola en África, así como la escasez de trabajadores agrícolas calificados. Nuestro objetivo es formar una nueva generación de talentos innovadores con conocimientos teóricos agrícolas modernos y habilidades prácticas para mejorar la productividad de los pequeños agricultores y los estándares agrícolas en toda África", dijo Jiao Xiaoqiang, director del programa y profesor asociado de la Facultad de Recursos y Ciencias Ambientales de la universidad.
Francina Lerata Kuwali, otra estudiante involucrada en el programa destacó el impacto del fenómeno de El Niño en Malawi. La nación del sureste de África ha experimentado frecuentes sequías e inundaciones en los últimos años.
El 23 de marzo, el presidente de Malawi, Lazarus Chakwera, declaró el estado de desastre nacional en 23 distritos del país afectados por una sequía causada por El Niño, lo que dejó a esas regiones con poca o ninguna cosecha.
Sin embargo, bajo la guía de estudiantes del Proyecto Sino-Africano STB, 15 agricultores en Malawi reportaron un rendimiento promedio de maíz de 7.9 toneladas por hectárea en abril, más del triple de los rendimientos en comparación con el año anterior.
Esto no solo resolvió los problemas de seguridad alimentaria, sino que también proporcionó cultivos excedentes para estos agricultores, lo que ayudó a impulsar la producción local de alimentos.
"Durante nuestros estudios, el primer año lo dedicamos a completar los cursos teóricos y la formación práctica en China. En el segundo año, aplicamos estas habilidades en África, y en el tercer año, regresamos a China para escribir y defender nuestras tesis. A lo largo del proceso, los profesores brindaron orientación a través de WeChat, y resolvieron temas importantes a través de reuniones en línea", dijo Francina.
Jiao agregó que los estudiantes internacionales desempeñan un papel vital para alentar a los agricultores africanos a participar en experimentos, ayudándolos a dominar y difundir la tecnología agrícola.
Al combinar los conocimientos adquiridos en China con las realidades de la agricultura africana, los estudiantes ayudan a adaptar estas tecnologías a las condiciones locales, lo que en última instancia aumenta la productividad de los pequeños agricultores. En la ciudad de Mzuzu, en el norte de Malawi, los agricultores han compuesto esta historia en una canción para expresar su gratitud.
Habiendo regresado recientemente de una visita a Kenia, Jiao compartió que los planes futuros incluyen expandir el Proyecto STB Sino-Africano a otras naciones africanas como Kenia, Zambia y Etiopía.
China alimenta a más de 1,400 millones de personas con solo el 9 por ciento de la tierra cultivable del mundo. La tecnología agrícola se adapta bien a las necesidades de los pequeños agricultores de África, y la agricultura africana puede beneficiarse en gran medida de la experiencia agrícola de China, dijo Jiao.
FCA