El acercar a los niños a los libros desde la primera infancia, no solo es llevarlos a vivir grandes aventuras, sino que también a que se vayan familiarizando con las letras y a tener más vocabulario. Así como a adquirir interés por esta actividad durante su desarrollo.
Fabiola Jiménez Ortiz, docente de secundaria, bachillerato y universidad y quien actualmente está enfocada a brindar talleres de estimulación de lenguaje y lectoescritura, explica que el acercar a los menores de seis años a estos cursos, es una forma de ayudarles a desarrollar su lenguaje y pensamiento.
"Desde bebitos se les puede empezar a compartir historias, ya sea de manera oral o cuentos breves. Al traerlos a salas de lecturas, los pequeños junto con sus padres o cuidadores, se integran a una comunidad. Cuando lees en el seno familiar es una actividad entrañable entre padre-hijo, madre-hijo. Los vínculos que se crean a través de la lectura son íntimos, algunos opinan que leerle a los bebés es como alargar la lactancia materna".
Jiménez Ortiz recuerda que en salas de lectura a las que asisten pequeños, ellos manifiestan interés por expresarse, desea ver las imágenes del libro, siendo ésta una forma de estimulación del lenguaje. "Observo un cambio en los niños de tres años que asisten a la sala de lectura, ellos todo el tiempo interrumpen, preguntan, se levanta, quieren estar pegados al cuento y conforme van pasando las sesiones empiezan a regular su conducta, sin necesidad de decirles nada, ya que ellos ven a los chicos mayores".
Fabiola menciona que esta actividad también permite que se estimule la atención, ya que se observa que actualmente a los chiquitos les cuesta trabajo enfocarse, sin embargo, gracias a esto se va regulando, "los niños mejoran la atención, regulan sus conductas, aprenden de concentración, toma de turnos para hablar y algunas mamás me han compartido que si son niños callados en el aula, en nuestras sesiones adquieren confianza para expresarse".
Para la experta, también esto ayuda a que la escritura se desarrolle de manera orgánica, ya que también se tienen juegos, manualidades, baile. "Yo trabajo a partir del constructivismo, mi enfoque es de andamiaje, es decir, al momento de la sesión hay movimiento, canto y todos participan, niños, papá, mamá o cuidador".
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Por otro lado, la docente afirma que es importante que se validen los garabatos que los chiquitos realizan, ya que tienen significado para ellos, "nosotros como adultos debemos darle valor, reconocimiento y significado a esas producciones de los niños, al hacerlo algo pasa, que los niños despegan en ese proceso de lectoescritura".
Para concluir, Fabiola resalta que la oralidad es imprescindible, "si en casa no hay libros, cuentos, pero si los niños escuchan las historias de los abuelos, papás, tíos, es muy importante, ya que considero que la oralidad es el principio para aprender a leer y escribir".
Si quieres unirte a las salas de lectura son cada 15 días en El Astillero, para conocer la fecha y horario pueden ingresar a las redes sociales de la librería o en Gato Pinto. Terapia de Lenguaje y aprendizaje de Fabiola Jiménez.