¿Cómo aprenden los bebés a nadar?

El deporte como terapia emocional es lo que nunca debería de faltarle a un niño, sostiene la coach lagunera Claudia Vargas

El bebé requiere pequeñas instrucciones para nadar. (Cortesía)
Claudia Vargas, coach lagunera. (Gabriela Vázquez)
Gabriela Vázquez
Torreón, Coahuila /

En el bebé todo es natural, él viene del agua y solo requiere pequeñas instrucciones para nadar, afirma la coach lagunera Claudia Vargas, precisa que los niños deben aprender a nadar por las habilidades físicas, emocionales y espirituales que desarrollan.

Con más de 20 años de experiencia como coach, lidera clases con mamás e hijos en las que incluso ha llegado a incluir a bebés de apenas dos meses de edad, aunque en la mayoría de los bebés los resultados son evidentes a partir de los 8 meses.

Claudia se planta al exterior de la alberca, desde ahí puede mirar a mamás o papás con sus bebés en brazos y marcar los ejercicios que deben realizar bajo el agua. Habla fuerte, es precisa, no hay titubeos en sus indicaciones, pero siempre sonríe y aplaude cada pequeña conquista de sus alumnos. Cuando se requiere entra sin problema a la piscina y es asombrosa su conexión con los pequeñitos.

¿Cómo se logra?

- Esto es un regalo para mí. Más de 20 años de experiencia me favorecen, pero el bebé es natural, viene del agua y cuando tú les das la confianza él lo logra solo. Le das poquitas instrucciones y es cuestión de que le dejes ser.

Ha enseñado a nadar en la mayoría de los centros acuáticos de la región y con gran entusiasmo habla de su experiencia con niños con autismo en el agua.

"He tenido bebés desde los dos meses, pero normalmente es a los ocho meses que logran flotar, que sacan su cabecita del agua y vuelven adentro".

Establece que cuando se inicia desde bebé en el nado, el bloqueo de la respiración es natural, "lo que sucede es que lo dejamos de estimular en la bañera cuando no mojas su cabecita o no metes con cuidado su cabecita a la regadera, entonces el niño va perdiendo la habilidad, pero si la estimulación continúa los bebés retoman rápido su ambiente y aprenden con facilidad".

Y es que para la instructora, el agua es un medio natural donde se logra conectar con el interior, en donde la sensibilidad se despierta 100 por ciento, y en el que la seguridad la genera cada individuo.

¿Qué pasa entonces con los niños a los que les da miedo el agua? ¿Qué con quienes les aterra nadar?

- Los bebés y niños, sobre todo los pequeños, no saben qué les puede pasar y no tienen tanto miedo. En realidad son los miedos de sus padres, son ellos quienes les transmiten esas inseguridades. ¿Cuesta desbloquear al niño? no, me cuesta desbloquear a papás o mamás temerosos.

Explica que son casos en los que ella puede trabajar muy bien un ejercicio con el bebé en el agua, pero cuando entra mamá o papá ya no se avanza más. Se sabe entonces que es el adulto el que tiene que dar el paso siguiente.

El agua brinda una conexión especial, en las clases bebés, papás y maestra logran una conexión única, se desata un proceso que luego se repetirá con los tíos, con los amigos, con la maestra del colegio... el niño aprende a conectar con quienes le rodean.

Emocionalmente se rompen miedos, los bebés superan a sus papás, y les muestran lo seguros y felices que pueden ser, "esa conexión es lo que más disfruto".

El deporte como terapia emocional es lo que nunca debería de faltarle a un niño desde que nace, dice la coach que empezó a impartir clases a los 15 años de edad y que ahora acumula más de 20 años de experiencia, trabajando además con niños neurotípicos y personas con discapacidad, con el sueño de lograr que socialmente sus grupos de clase sean diversos sin importar la condición de cada pequeño y para que mamás aprendan unas de otras.

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