Ayudemos a los pequeños a reconocer sus emociones

Tenerles paciencia, escucharlos, explicarles y, sobre todo, acompañarlos, es el papel que deben seguir fomentando los padres y madres de familia, así como los educadores.

Se les enseña a los niños a reconocer sus emociones desde el momento que comienzan a verbalizar. (Freepik)
Sofía Gamón
Torreón, Coahuila /

Cuando a los más pequeños se les impide expresar sus emociones, se les niega una parte fundamental de su desarrollo como seres humanos. Saber reconocerlas, aceptarlas y canalizarlas es un proceso que se aprende desde que son niñas y niños.

La psicóloga Alejandra Vallejo, encargada del Departamento Psicopedagógico de Preescolar del Instituto Francés de la Laguna, explica que lo importante es no reprimir el sentir de los niños y niñas, sino ayudarlos a reconocerlos para que puedan resolver las situaciones que se les presenten, “la parte sustancial de las emociones”.

Las emociones no son buenas ni malas, comenta la psicóloga. Sin embargo, si no aprendemos a reconocerlas, no podremos identificar qué es lo que estamos sintiendo y no sabremos reaccionar de manera funcional, sin dañar a quienes nos rodean o a nosotros mismos.

“Lo primero que hay que hacer es reconocer las emociones en mí como adulto, porque la congruencia y el ejemplo es lo que ayudará más que lo que tú le expliques al niño con juegos, dinámicas, etc. Si tú no lo pones en práctica es bien difícil que lo puedas transmitir”.

¿Cómo validar sus emociones?

Vallejo comenta que se les va enseñando a que reconozcan sus emociones en el momento que comiencen a verbalizar. “En preescolar es mucho de lo que se hace, ayudar a que el niño reflexione, que vayan aprendiendo a resolver pero primero que expresen cómo se sienten, qué pasó”.

Explicarles cuáles son las emociones, brindarles un ejemplo propio de vivencia de cada una de ellas para después preguntarles si se han sentido de esa manera es una dinámica que les ayudará mucho, ya que, según la psicóloga, el cerebro capta más fácilmente las reflexiones o ideas cuando son explicadas mediante parábolas o ejemplos.

La psicóloga Alejandra Vallejo explica cómo ayudarle a los más pequeños a validar y reconocer sus emociones. (Cortesía)

El nombrar cada una de las emociones también ayudará a que el niño y niña comience a detectar y sepa reconocerla cuando la esté viviendo. Ya sea al pelearse con un compañerito, hacer un berrinche o sentir miedo, es importante que no se invalide lo que está sintiendo, sino que perciba que tanto papá y mamá como sus maestros lo están acompañando, escuchando y respetando.

“Darle nombre a la emoción para que el niño comience a asociarla”, afirma la psicóloga. Además, con el apoyo de cuentos, juegos y dinámicas, los niños y niñas pueden comenzar a reconocer sus emociones; los colores también ayudan, al otorgar una tonalidad a cada emoción para que el niño logre tener signos sensibles que le permita asociar.

Comenta que, durante el desarrollo infantil, la manera en la que los adultos se dirijan a los más pequeños, tanto verbal como corporalmente, influye mucho en la validación que le den a sus emociones y sentimientos, porque al impedirles que expresen su sentir o no indagar en lo que les está sucediendo, se van anulando en el niño sus emociones, “le van poniendo sus etiquetas de buenas o mala, cuando eres adulto te limitas y comienzas a cargar con muchos sentimientos de culpa”.

Tenerles paciencia, escucharlos, explicarles y, sobre todo, acompañarlos, es el papel que deben seguir fomentando los padres y madres de familia, así como los educadores. Lo que se busca es que el niño no solamente sepa reconocer qué está sintiendo, sino que aprenda a canalizarlo y no soltarlo visceralmente.

“Valoro mucho esa etapa del ser humano, de los 0 a 6 años porque es la etapa en la que se asientan las bases del desarrollo como seres humanos y adultos […] No le temamos a que él exprese sus emociones, pero sí que nos ocupemos en ayudarle para que vaya dándoles cauce, aprendiendo a aceptarlas, reconocerlas, y luego ir resolviendo las situaciones que se les van presentado. Aunque sean muy pequeñitos, tienen una capacidad muy grande para entender las cosas”, finaliza.

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