La astronomía es una actividad que puede llevarte a conocer diversos aspectos del universo, habiendo diversas maneras para ser parte de esta rama de la ciencia. Una de ellas es la astrofotografía, un espacio en el que el arte y el estudio de los astros se congenian para crear imágenes maravillosas que ayudan a comprender dónde vivimos.
Brandon Echeverrys Sierra es uno de los ejemplos relevantes en esta rama, en la que, junto con otros apasionados por el cielo, organiza viajes a zonas con cielos oscuros para conocer las maravillas que el universo oculta, aportando a la divulgación científica en esta área.
“La vida me llevó a dedicarme a ello. Me gustaba desde niño, específicamente desde 1986 que vi pasar al cometa Halley. Leyendo libros y papers científicos fui conociendo, pero en realidad estudié en Colombia, mi lugar de origen, Comunicación Social para Radio y Televisión y fui locutor durante 15 años”, declara.
Fue a través de un programa de radio que tuvo, pero que se transmitía en línea, llamado “Para empezar el día”, que todo fue cambiando, pues Brandon publicaba una foto que hacía en noches anteriores de la Vía Láctea, la Luna o fenómenos astronómicos que podía observar, acompañada de una frase positiva para iniciar, entonces eso se fue haciendo popular en otras partes del mundo.
“Un día llegaron a un grupo de aficionados a la astronomía en Chile y me invitaron a un congreso internacional y poco a poco empiezo a salir de Colombia. Después de un tiempo tuve que renunciar a la radio por la actividad que estaba teniendo referente a exhibiciones de fotografías y actualmente resido en Tijuana, gracias a una persona que me invitó a ser docente en esta rama y actualmente llevo 9 años siendo maestro”.
Considera que el reto más importante al que se enfrentó con esta decisión fue con respecto a la estabilidad económica, pues no sabía cómo vivir de su pasión. No obstante, se fue dando la posibilidad de que personas le propusieron hacer viajes a las montañas para practicar esta actividad, haciendo poco a poco un negocio, preparándose como docente y capacitaciones para llevar a cabo estos cursos en la sierra.
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Recomienda a los chicos que deciden dedicarse a esta rama a que se avienten, pues es un pasatiempo que no requiere un equipo costoso para empezar, aunque eventualmente se vuelve necesario para avanzar, pero con el celular es más que suficiente para incursionar. Incluso señala que la comunidad es tan unida que en muchas ocasiones prestan equipo para que los demás puedan desarrollar sus habilidades, además de acceder a cursos y talleres cercanos.
“Observar las estrellas es como ver hacia el interior. El universo que está ahí afuera y el que se encuentra dentro de nosotros es muy similar. Cuando vamos hacemos este estudio como aficionados, nos damos cuenta de lo pequeños y, a la vez, grandes que somos. Si estudiamos más a fondo la astronomía, aprendemos a ser mejores personas”.