La pasión por la naturaleza es algo que siempre ha caracterizado a Karla Leticia Ruiz Véliz, una mujer apasionada por la biodiversidad y el medioambiente, quien actualmente se encuentra en la preparación para el doctorado en Ciencias de Biodiversidad y Ecología en la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) campus Gómez Palacio.
Comenta que desde muy pequeña le emocionaba la biología, sin embargo no sabía sobre la carrera a esa edad tan temprana, por lo que decía que quería ser científica especializada en Botánica, pues en ese entonces le apasionaban las plantas. “Siempre estuve inspirada en que quería ser científica. En la preparatoria, todo sale dirigido a la Biología”, declara.
Al ser originaria de Hermosillo, Sonora, empezó a buscar en ese estado, pero su familia la motivó a buscar una institución en La Laguna con esta carrera, llegando a la Facultad de Ciencias Biológicas de la UJED campus Gómez Palacio.
“Cuando entré a la carrera yo tenía mucho interés por las serpientes. Al avanzar los semestres me enfoco en la Biología Molecular y al finalizar me voy por los sistemas de información geográfica, que es en lo que estoy trabajando actualmente”. En el ámbito laboral, también fue docente de secundaria y preparatoria y se dedicó también a la educación ambiental por medio de un acuario que ella misma fundó.
Posteriormente hizo una maestría en Ecología y Biodiversidad en la UJED, siendo becada por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (Conahcyt). “Al terminar me doy cuenta de que quiero ser investigadora y es por ello que inicio el doctorado en Ciencias de Biodiversidad y Ecología”.
Señala que actualmente se encuentra iniciando la línea de investigación de Restauración Ecológica en Áreas Naturales Protegicas con ayuda de los sistemas de información geográfica, siendo ésta en una zona cercana al Cañón de Fernández, donde se estarán haciendo estos trabajos por el proyecto de Agua Saludable.
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La presencia femenina en la ciencia
Considera que el crecimiento de las mujeres dentro de campos científicos ha sido exponencial en los últimos años, pues recuerda que cuando estaba en la carrera eran pocas las maestras biólogas y aún menor la cantidad que contaban con una maestría. Al hacer sus estudios en su alma máter, se ha percatado de que cada vez son más mujeres dentro del ámbito académico, lo que la motiva a seguir e impulsar a otras mujeres a hacerlo.
A manera personal, durante sus estudios confiesa que nunca sintió un rechazo por parte de profesores ni gente a su alrededor por ser una mujer queriéndose dedicar a un área científica. Por el contrario, todos sus colegas y profesores la han apoyado e impulsado para seguir sus sueños, aún siendo madre soltera, lo que implica otro reto para ella.
Aconseja a las chicas que piensan en estudiar carreras enfocadas a estos rubros en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia que también pueden. “La ciencia ha sido de esos rubros que históricamente relegan a las mujeres por el hecho de su género a pesar de que son quienes hacen han hecho grandes descubrimientos. Hay que luchar, porque si los hombres pueden, las mujeres también”.