La emergencia sanitaria que se vive ante la pandemia destratada por el nuevo coronavirus, coloca a la limpieza de manos con agua y jabón como una de las estrategias más importantes para contener la propagación del covid-19; ese que parece un sencillo hábito de higiene, es un momento de terror para virus y bacterias.
El Foro Consultivo Científico y Tecnológico, A.C. (FCCyT) ofrece una muy interesante reflexión en la que compara a las moléculas de jabón con Anfisbena, el monstruo mítico griego con forma de serpiente de dos cabezas, una al inicio y otra al final de su cola.
Siguiendo el mismo ejemplo, establece que la primera cabeza de la molécula de jabón es hidrofílica, así se une fácil con el agua; mientras que la que se encuentra en la cola es hidrofóbica, es decir, no le gusta el agua y prefiere vincularse con aceites y grasas esa acción es la que hoy en día es fundamental ya que el nuevo coronavirus está recubierto de proteínas, de lípidos o ‘grasita’ en su membrana exterior.
Cuando nos lavamos las manos, las partículas de jabón que se interesan en las cubiertas de los virus se pegan a ellas y desmenuzan la membrana lípidica en pequeños pedacitos que terminan rodeadas de muchas partículas de jabón. Así que cuando nos aseamos, la cabeza hidrofóbica del jabón despedaza la cubierta del virus, la aísla y se desecha cuando nos enjuagamos.
Los desinfectantes para manos con al menos 60 por ciento de etanol son tan confiables como el jabón para destruir las membranas del virus, reconoce El Foro Consultivo, Científico y Tecnológico, pero aclara que no pueden removerlos tan fácilmente de la piel pero la limpieza vigorosa con agua y jabón sí puede expulsarlos.
Más allá de su uso para atacar covid-19, el lavado de manos puede prevenir aproximadamente 30 por ciento de las enfermedades relacionadas con la diarrea y 20 por ciento de las infecciones respiratorias.
Uso ancestral
• El jabón en nuestro país es usado desde hace más de 600 años por los mexicas, para quienes la limpieza constituía un hábito.
• De acuerdo con el Códice Florentino —documento que retrata la vida cotidiana de nuestros antepasados—, los mexicas usaban la hierba del copalxocotl (llamada como árbol del jabón por los españoles) y la raíz del xiuhmaolli, que servía como jabón para bañarse y lavar la ropa, pues ambas generaban burbujas, así lo reportó Fray Bernardino de Sahagún en ese códice.
• Esto, combinado con un suministro amplio de agua limpia proveniente de Chapultepec, les permitía mantener a los mexicas sus hábitos de limpieza. Desde entonces y hasta ahora, el lavado de manos con agua y jabón es una herramienta clave para prevenir enfermedades infecciosas como el covid-19, más aún cuando no existe una vacuna para hacernos inmunes.
Fuente: Foro Consultivo Científico y Tecnológico, A.C. (FCCyT).