Josefina González Rodríguez, conocida como Abuela Terrícola, forma parte del Programa Nacional del Fomento a la Lectura, realiza actividades de cuentacuentos en plazas públicas, escuelas o lugares donde se le invita, comparte funciones en las que involucra la ciencia, pero al terminar cualquier presentación, hace un acto de magia para cautivar a los pequeños.
"Al hacer un truco de magia a los niños les encanta, se emocionan, porque yo si les revelo la incógnita. La idea de compartirlo con el pequeño, es que aprende la técnica. Me imagino que llega a casa y lo presenta rodeado de los suyos, quienes se ponen en alerta para ver y escuchar al niño que va a exponer algo nuevo y diferente, es muy sencillo pero que creo, aleja por un momento a los adultos de los aparatos tecnológicos y los une a todos", explica Josefina.
El próximo 24 de mayo la Abuela Terrícola estará en el Museo del Acertijo de Gómez Palacio para relatar la historia de El bicho de mi tripa, "porque nuestro cuerpo también trae insectos, aunque diminutos", esto como parte de la exposición de insectos que actualmente tiene el museo y que se titula Insectus.
Josefina también es divulgadora de la ciencia y forma parte de la Red de Divulgación del Norte de México por invitación de Martha Ramírez, coordinadora de la Red, "Martha se dio a la tarea de agruparnos a los divulgadores y me invitó a ser parte, lo cual me encanta porque todos nos unimos en un mismo objetivo, acercar a los pequeños a este mundo tan maravilloso que es la ciencia".
Además, la Abuela Terrícola continúa con sus visitas a plazas de la colonia Chapala en Gómez Palacio, ahí comparte lecturas a los niños y todas aquellas personas que deseen integrarse. Josefina recuerda que cuando era niña y vivía fuera de la ciudad, tenía mucha curiosidad por conocer la biblioteca, pero fue hasta que cumplió 12 años, que se le dejó salir a lugares más apartados de su casa. Entonces aprendió a llegar a la biblioteca, en donde leía libros y revistas que le parecían interesantes.
"Me gustaban los cuentos, pero más los documentales donde descubría cosas y cuando estaba en clases en la escuela y preguntaba algo la maestra, yo siempre respondía y todos me escuchaban y observaban, entonces cada vez investigaba y leía más para compartirlo con mis compañeros. Fue así como me fui interesando por leer y leer para saber y decirle a mis amigos".
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Pero fue hasta el 2011 que inició con su sala de lectura ya que al cuidar de su nieta y su mamá, salía al parque cercano de su casa y bajo la sombra de un árbol comenzaban con las aventuras a través de los libros. Poco a poco los niños que la escuchaban se acercaban y fue así que nació esta actividad que ahora comparte en diferentes lugares.
"Me di cuenta que con estas lecturas los niños no solo aprendían cosas, sino que sus actitudes cambiaban en casa, eran más respetuosos, ayudaban en el hogar, se entusiasmaban y buscaban crear, inventar. Me gusta eso, y creo que estamos dejando algo a los pequeños, todo empieza con la lectura la cual nos permite interactuar, aprender y divertirnos".
Josefina reitera que el llevar a los niños un poco de esta pasión que son los libros, lo seguirá haciendo, esperando que muchos de ellos algún día sean quienes también se acerquen a otros pequeños para enseñarles esta actividad.