El cuidado bucal es importante en todas las etapas de la vida del ser humano: desde bebés hasta la vejez es primordial que se le de atención a la higiene y mantenimiento de los dientes, encías, paladar, lengua y mejillas para poder tener, desde un mejor aliento hasta una buena salud integral.
Por ello es esencial que, además del lavado de dientes, se haga una limpieza dental. Diana Paola Ramírez Villa, cirujana dentista, define este procedimiento como la eliminación de los acúmulos de restos de comida en la cavidad oral que comúnmente el cepillado no remueve. Menciona también que, dependiendo del tiempo que tengan estos residuos es el nombre que se le da.
Comienza como una placa bacteriana que al inicio empieza a tomar un color blanco amarillento blando. Conforme pasan los días, esta placa se vuelve más amarilla y dura, la cual se le conoce como sarro; posteriormente se vuelve un cálculo dental conforme pasan más días y tártaro cuando su estadía en boca lleva meses.
Las limpiezas dentales se deben hacer desde los primeros días o meses del bebé, debido a que ya se encuentra ingiriendo leche materna y necesitará de una limpieza en encías y eventualmente comenzarán a salir los dientes, por lo Ramírez Díaz recomienda ir con un odontopediatra para hacer evaluación debida al bebé, elaborar limpiezas dentales y enseñar a los padres a hacer el cepillado correctamente.
Indica que los beneficios de hacer limpiezas dentales de manera periódica son bastos, desde la mejora del aliento en los pacientes hasta salvar los dientes, ya que al momento de hacer el procedimiento se evitan problemas como la gingivitis (inflamación de las encías), hasta la periodontitis (pérdida de hueso y encía que sostiene al diente), ya que las bacterias acumuladas durante años desgastan el hueso, generando una pérdida del sostén del diente, por lo que se cae.
“Por eso es que hay personas de la tercera edad que van perdiendo sus dientes o se aflojan. No es por la edad, hay personas que a muy avanzada edad conservan su dentadura por tener una buena higiene bucal”, señala Diana Paola. Igualmente indica que las personas que sufren depresión o tienen discapacidades motrices son propensas a la gingivitis o periodontitis.
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Recomienda que las limpiezas bucales se hagan una vez cada seis meses o máximo una vez al año para mantener los dientes en un buen estado. “El hecho de hacerse una limpieza implica que el dentista pueda revisar tu boca a profundidad y a parte de eliminar sarrito también se dé cuenta si tienes otro problema del que no te vas a dar cuenta hasta que visites al dentista”.
Por último, menciona que es muy importante que, antes de hacerse una limpieza dental, hay que considerar si se tiene alguna sensibilidad al calor o frío en los dientes estas sean mencionadas al odontólogo, ya que se usan aparatos que aumentan la sensibilidad y se puede resentir mucho. Igualmente si se tiene inflamación en las encías se puede pedir anestesia para sentir la menor molestia posible.