Diabetes infantil: qué es y cómo tratarla

La enfermedad se presenta más comúnmente en niños a partir de los 5 años, sin embargo, se han visto casos en menores de 1 a 3.

El Día Mundial de la Diabetes se celebra el 14 de noviembre. (Cortesía PxHere)
Liliana Yañez
Torreón, Coahuila /

La diabetes infantil, también conocida como insulinodependiente o tipo 1, es una de las enfermedades crónicas en los niños, donde participan diferentes factores como la herencia y alteraciones en el metabolismo, así la define Alejandro Molina López, médico pediatra de la ciudad de Gómez Palacio.

De acuerdo con el doctor Molina, las causas suelen ser variadas, sin embargo se presenta principalmente por cambios en la producción de insulina y por agentes hereditarios, en donde algún familiar padece de la enfermedad.

"Los cambios o las alteraciones en la insulina se dan por sobrepeso, por factores genéticos, por factores ambientales y factores nutricionales, todos esos factores van a originar que la funcionalidad o la secreción de la insulina no sea la optima que el cuerpo necesita para llevar a cabo el metabolismo de los azúcares".

Síntomas

Para detectar a tiempo la diabetes infantil y poder aplicar un tratamiento lo antes posible que reduzca su avance, es vital poner atención a las señales de alerta que el cuerpo del niño envía. Algunas de ellas podrían parecer inofensivas, sin embargo, es importante acudir al médico si éstas prevalecen.

  • Polidipsia. El niño presenta una necesidad exagerada por beber agua.
  • Polifagia. El niño presenta sensaciones extremas de hambre.
  • Poliuria. El niño presenta emisiones de orina mayores a las normales, el niño orina demasiado.

"Esos son los principales síntomas, el niño generalmente presenta las tres polis y también se observa la pérdida de peso en niños con sobrepeso. Comienzan a tener alteraciones en la vista, empiezan a ver borroso y empiezan a tener dificultades para respirar, luego los familiares pueden pensar que es un problema de asma o de algún proceso que tiene que ver con los pulmones y no. En ese momento el niño podría estar entrando en una fase de mayor riesgo", comentó el doctor.

Para verificar que el niño presenta esta enfermedad, luego de la manifestación de los síntomas, es necesario realizar las pruebas necesarias, que consisten en análisis de sangre en ayuno para la medición de la glucosa y un examen general de orina.

"Cuando ya tienen niveles muy altos de azúcar el riñón empieza a filtrar orina, se sobrepasa el umbral del azúcar y empiezan a tirar azúcar por la orina. Cuando los niveles de azúcar son muy altos, el riñón ya no es capaz de mantenerla y entonces la va desechando por la orina y ahí nos damos cuenta".

Tratamiento

De acuerdo con Molina López, el tratamiento para los niños con diabetes tipo 1 o insulinodependiente, suele basarse en una dieta balanceada, ejercicio, pero sobre todo en suplementos de insulina, ya que como su nombre lo indica, es más frecuente que ellos, en comparación con los adultos, sean pacientes dependientes de esta hormona para el control de la enfermedad.

Con un correcto desarrollo del tratamiento, la calidad de vida del niño puede mejorar bastante, sin embargo, si no se siguen de manera correcta las indicaciones, pueden presentarse contradicciones que evolucionen la enfermedad.

"Como son niños, muchas veces las reglas no las llevan a cabo. En la escuela compran dulces, compran galletas, compran refrescos, entonces eso genera que continúe con niveles altos de azúcar y va afectando poco a poco la vista, el riñón y la circulación de los pies, porque muchas veces las heridas empiezan a cicatrizar más lentamente y eso puede generar que las infecciones se hagan más crónicas".

Recomendaciones

A pesar de que la diabetes infantil no es una enfermedad que se pueda evitar al depender de factores hereditarios, sí se puede retrasar su aparición, "si te cuidas, mantienes tu peso, haces ejercicio, llevas una dieta balanceada y evitas el sedentarismo, puedes ayudar a que se retrase su aparición".

Sin embargo, si el niño ya padece la enfermedad, el doctor Molina recomienda mantener un control de un tratamiento multidisciplinario, es decir, que aunado al tratamiento médico, se acuda con un nutriólogo que lo auxilie en el camino de una dieta equilibrada y un psicólogo que lo ayude a tener mayor comprensión de lo que es la enfermedad.

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