Andrea González Martínez, estudiante de la Licenciatura en Diseño Industrial en la Universidad La Salle Laguna recuerda que la idea nació hace casi cinco años, al interesarse en conocer más sobre autismo cuando cursaba el último año de secundaria, pero fue en la universidad que se logró concretar el proyecto y se diseñó EduSTEAM.
"Cursando la preparatoria me integré al equipo de robótica y como necesitábamos un proyecto que representara el equipo y con él, dar un gran impacto a la comunidad decidimos enfocarnos en personas con autismo, fue ahí que surgió la idea de aplicar los conocimientos sobre el trastorno y llevarlos al área tecnológica, creando la escuelita para niños con autismo EduSTEAM".
Aquí se brindan clases a niños con autismo en base a la metodología Lego y metodología Sixbricks lo cual va dentro de Lego Education. "En La Salle se quería abrir un equipo de robótica para que los chavos se comenzar a involucrar en lo que es la ciencia y tecnología, así que todo fue creciando gracias al concurso FIRST".
Andrea señala que para lograr que esto funcionara favorablemente se capacitaron en el tema, fue así que "nació del corazón comenzar con las clases a niños. Quisimos hacer un cambio y empezamos con cuaderno y lápiz pero poco a poco nos dimos cuenta que la metodología Lego es muy útil para la educación y que recientemente está tomando fama y valor".
Al saber que dentro del concurso First existen categorías para niños, comenzaron a prepararlos y así lograr participar en las competencias con los chicos de la escuelita. "Nuestra parte es de inclusión ya que el equipo está integrado por niños con autismo y niños que no lo tienen, sin embargo, en el concurso no hacemos notorio que hay pequeños con el trastorno porque desde nuestro punto de vista no es parte de la inclusión".
Actualmente en la escuelita participan Andrea y Geraldine quienes son universitarias interesadas en el proyecto, así como docentes del Instituto Francés La Salle, ellos atienden aproximadamente 25 niños de entre 4 y 18 años, algunos continúan sus clases en línea y otros de forma presencial.
Para dar las clases Andrea y sus compañeros se certificaron en Lego, "existe un programa que tiene todas las piezas de Lego y se puede armar lo que se quiera, esto es para las clases a distancia; para los chicos que van de forma presencial aprenden programación. No todos van a competencia, algunos solo están por el deseo de divertirse con la robótica y la ciencia".
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Andrea González recalca que este proyecto significa mucho, "emocionalmente es algo muy bonito, es mi pasión de vida y gracias a él descubrí que quiero dedicarme a la docencia, es muy impactante ver cómo cambian los niños y más que nada hemos logrado que personas de Torreón se les cambie el chip sobre el autismo, es algo que nos ha marcado el poder quitar el estereotipo negativo, la gente expresa que los pequeños son lo máximo, no debemos hacer una diferencia entre ninguno. Ellos están en nuestro mundo y crean un entorno maravillo".
Finalmente Andrea está convencida que en un futuro trabajará para crear juguetes y mobiliario que ayude a las personas con alguna discapacidad o trastorno, "este proyecto es algo que cambia vidas, tanto a los docentes como a los niños, invito a que lo conozcan y sean parte de su difusión para así formar una cadena que puede crecer en bien de los pequeños".