La fotografía analógica es una disciplina que se ha vuelto popular entre los jóvenes amantes de retratar el mundo a través de las imágenes. Aunque a los aficionados les gusta para retratar recuerdos que buscan mantener, hay muchos jóvenes que también ven en este recurso la oportunidad de hacer un archivo cultural de la ciudad y sociedad en la que conviven.
Pamela Meraz, museóloga y curadora de arte dice que el hacer uso de este tipo de fotografía se ha vuelto más popular en la población joven, pues “tirar en rollo”, como se le conoce coloquialmente, genera cierta nostalgia y una mirada a un pasado que a pocos de ellos les tocó conocer, además de que ayuda a trabajar paciencia y a tomar una pausa para pensar en las tomas, pues la cantidad de fotografías es limitada, haciéndolo más disfrutable.
Pamela, junto a Adán González, Rodolfo Hernández y Ricardo Cruz cuentan con un proyecto llamado Negativo, un lugar donde combinan la fotografía analógica, el café y un archivo cultural que se va ampliando. Señala Meraz que los archivos analógicos son sumamente importantes para hacer este último aspecto, pues la vigencia de estos documentos es permanente.
“El registro tiene más vigencia y, aunque se tiene el riesgo de incendio por ser un producto flamable, aún así es más seguro que el digital. La nube en cualquier momento puede colapsar y ya no tienes nada. Lo analógico ahí estará siempre. Trabajando en patrimonio, siempre se usa el archivo analógico, además del digital, son patrimoniales”, declara.
Aunque indica que al inicio para muchos jóvenes inicia como una manera de vivir una nueva experiencia y obtener la estética que da el rollo analógico, conforme se van adentrando a este mundo, se genera un mayor interés por la importancia patrimonial que tienen estos archivos, además de que siempre va a capturar un momento del tiempo al tomar una fotografía.
“Aunque le hayas tomado una foto a tu perrito, esa imagen va a retratar también cómo estaba la calle en ese momento y se pueden hacer estudios patrimoniales, al igual que analizar los usos y costumbres de las sociedades, como lo hacíamos con la pintura. Por ello es importante hablar de las prácticas fotográficas, uso del imagen y la mejora de las mismas”.
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Entre las recomendaciones básicas que menciona Pamela para iniciar en éstas prácticas, es que, tanto aficionados como profesionales tengan en cuenta que será algo costoso, pero eso lo hace más valioso y que se tenga mucha paciencia, pues puede ser tardado aprender a tomar en analógico y sobre revelado de la misma, pero el resultado final vale la pena.