Causas de la fragilidad emocional
El docente explica que existe un desapego, afectivo y emocional en los niños de hoy, con consecuencias permanentes a futuro. "Hoy tenemos bebés criados por mamás de lata, acaba de salir al mercado un sujetador de biberón para que la madre pueda estar en su celular mientras el bebé se alimenta. En un proceso como la lactancia, el cariño y la calidez es fundamental para el niño...", destaca.
Asimismo, explica que hay menos amor durante el proceso de crecimiento de los niños, puntualizando que mientras menos amor haya, habrá más niños que carezcan de desarrollo neurológico, trayendo al mundo personas reactivas y desafiantes que no respetan límites ni reglas.
Padres sobre protectores
Padres que se dedican a solucionar los problemas de estudiantes. "Los papás quieren preparar el camino de los hijos y no debe ser así, solo hay que preparar a los hijos para el camino. Por esta razón en la universidad los estudiantes presentan ansiedad y depresión, porque se someten a ambientes donde ellos deben enfrentar adversidades que los padres ya no tienen permitido", añade.
Incluye que hay padres que prohíben que los hijos jueguen, con el justificante de que si lo hacen llegarán a lastimarse, enfatizando que se ha perdido el aspecto del juego por tecnología. "Ahora los niños tiene menos tiempo de juego, de correr, de expresarse físicamente, afectando el desarrollo emocional y el autocontrol, mientras que los niños que pasan más tiempo en las pantallas por sustituir eso, son menos felices y hará de ellos estudiantes y personas difíciles", comenta.
El 20% de los niños presenta un problema serio de enfermedad mental -y una vez universitarios- en México se presenta de un 30 a 33 por ciento de alumnos con problemas psicológicos, y va en aumento preguntándonos ¿qué le corresponde al maestro?
¿Qué hacer?
"La función del padre y el maestro es regular el aspecto biológico del niño, sobre los impulsos que tiene, ósea hacer las cosas que no quiere hacer, es normal pero depende de estas dos personas regularlo. Hay que cambiar el chip de sus creencias y regresar a la idea del deber para motivarlos", concluye.