Come bien para aprender

Los nutrientes que consume un infante diariamente son de suma importancia para su desempeño académico y social, las familias deben evitar errores como en ofrecer alimentos ultraprocesados.

Se recomeineda dar a los niños alimentos bajos en calorías, además de siempre contar con frutas y verduras en casa. (Freepik)
Karla Rodríguez
Torreón, Coahuila. /

La nutrición es de suma importancia desde la gestación, pero en el caso de la educación es esencial en el sentido que ayuda a la concentración, el estudio, el rendimiento para las actividades diarias, al igual que a la convivencia diaria entre personas de la misma edad como con los maestros.

Lucía Isabel Urrutia Vázquez, nutrióloga pediátrica, consejera de Lactancia Materna y asesora de Inicio de Alimentación Complementaria, señala que la alimentación y el rendimiento académico de los niños, al igual que su comportamiento en el día, sobretodo en el tema de la socialización y el cuidado de la memoria.

“A los niños escolares (a partir de los 6 años), que empiezan a convivir con más personas, el llevar una alimentación avanzada les ayuda a la socialización, además de lo educativo, porque si tienen una alimentación variada, equilibrada, completa y suficiente, les va a dar la energía para llevar a cabo todas sus habilidades diarias”, declara.

También, por el caso contrario, si el infante no come bien o se salta comidas, se cansará más rápidamente, lo que dificultará sus habilidades sociales, al igual que las académicas. Indica que muchos de ellos son menores cansados, con sueño y que regularmente salen bajos en calificaciones.

“Si los niños comen más alimentos ultraprocesados, les genera es hiperactividad. Tengo pacientes que los mismos maestros dirigen a la familia conmigo por problemas de baja concentración, y al momento de preguntarles a los padres sobre las comidas que hace el menor, hay un mayor consumo de papitas, pasteles o galletas”.

Problemas de alimentación afectan el desarrollo de los niños y adolescentes

Indica que estos generan una carga mayor de energía, pero esto es momentáneo, ocasionando problemas de rendimiento, algunos incluso quedándose dormidos. Señala que en el caso de los adolescentes, quienes crecen más rápido, si esta alimentación no es de calidad, el desarrollo de los chicos se ve afectado.

Educación para los padres

Urrutia Vázquez sugiere que, mejorar la alimentación de los pequeños, la educación nutricional está dirigida a los padres de familia, pues hablando con ellos los profesionales se percatan de hábitos que no generan una alimentación saludable en ellos.

También es importante que se den alimentos que les proporcione energía necesaria para el resto del día, pues en muchas ocasiones las actividades escolares inician en la mañana temprano y terminan en las tardes con talleres o clases adicionales.

“En México el sobrepeso y la obesidad infantil es notable, y nos damos cuenta de que ya es algo familiar; es posible que los padres tengan esta mismas condiciones, y por ende los hijos, pues quienes tienen la responsabilidad del fácil acceso a alimentos ultraprocesados para los menores, son ellos”.

Recomienda la profesional que los padres de familia se acerquen a los nutriólogos para cambiar los hábitos alimenticios a manera de prevención en problemas académicos y sociales en los menores por medio de la alimentación saludable, pues a través del ejemplo de la familia es que se generan cambios.

Además, el comer saludable es un estilo de vida que ayuda a prevenir enfermedades y cuida salud física y mental de las personas.

dahh.

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