Las experiencias de vida que más marcan a las personas son aquellas que se pueden transformar en algo maravilloso, buscando por medio de la vivencia, ayudar a las personas que más lo necesiten. Tal es el caso de Turbantes hecho con Amor, una iniciativa que, detrás de ella, hay una historia de lucha, resiliencia y amor.
Aurora Elizabeth Rodríguez Tapia es una joven de 28 años, emprendedora y la fundadora de Turbantes hecho con Amor, indica que, a pesar de tener poco más de un mes haciendo esta actividad de manera regular, años atrás ya daba esta clase de accesorios a personas que se los pidieran en el hospital, ya que es sobreviviente de cáncer de ovario.
Actualmente tiene tres años libre de la enfermedad, sin embargo, en el tiempo que estuvo en procesos quimioterapias, tratamiento que describe como difícil tanto física y emocionalmente, la pérdida de cabello no se dejó esperar.
Al momento de buscar turbantes, los cuales son útiles al perder el cabello en los pacientes, indica que no encontraba alguno que la hiciera sentir cómoda. "Entonces, decidí hacerlos yo misma", declara. Sin embargo, fue en una ocasión que tuvo una visita con el doctor en la Clínica 71 en Torreón, que tuvo una experiencia que la hizo ver que su trabajo se debía compartir.
"Había una niña en el elevador que no tenía pelito y llevaba una diademita. Iba con mi papá y la escuchamos decir: mamá, yo quiero uno como el de ella. En ese momento me quité el mío y se lo regalé. Me la encontré después y me abrazó para agradecerme. Desde entonces me surgió esta idea", relata Rodríguez Tapia.
Señala que, pese a que desde ese entonces hizo los turbantes, no se encontraba en las condiciones de salud para hacerlos regularmente, así que inició regalándolos a personas cercanas o en casos que debía ser internada se los daba a otros pacientes con los que compartía el espacio. Ahora que ha decidido hacerlo más públicamente y ayudar a más personas, es que se ha encontrado con mucho apoyo.
"Lo compartí en mi red social personal, pero nunca pensé que tendría tanto alcance. Muchas personas me hablaron, siguen yendo por turbantes, me apoyan económicamente para seguir comprando material. La verdad es que recibí mucha respuesta y mucho apoyo, también".
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Gran recibimiento
Comenta que asociaciones se han acercado a ella para poder entregar a niños y personas que puedan encontrarse luchando contra esta enfermedad, un accesorio que haga que se sientan cómodos y mejor consigo mismos. Comenta que, al momento de que le hablan, pide que le indiquen la cantidad y si son niños o adultos, de ese modo, hacerlos más personalizados.
Declara que incluso familiares o las personas en proceso de quimioterapia se acercan a ella, pudiendo así conocer también sus historias, algo que la hace sentir orgullosa. "Me gustaría que creciera más para poder llegar a muchas personas. Yo misma los entrego y he visto la alegría que sienten al recibirlo o escoger el que más le gusta. Es algo que me gustaría que otras personas vivan".
Además, señala que su madre, Vianey Tapia, ha sido pieza clave, pues ella también la ha ayudado a hacerlos, ya que la demanda ha sido bastante, entregando para asociaciones como Rapunzel y Salvemos Héroes.
Si te interesa ayudar o conoces alguna persona interesada en adquirir alguno, puedes localizarla en Facebook como Turbantes hecho con amor, se entregan de manera gratuita a toda persona que lo necesite.